Más allá de las diferencias matemáticas, las distancias entre dos equipos suelen estar marcadas por las capacidades individuales. Y cuando en un plantel hay varios futbolistas de jerarquía, los resultados positivos se alcanzan con mayor facilidad. Entre Boca y Argentinos quedó evidenciada esa separación, y el equipo conducido por Carlos Ischia no tuvo inconvenientes para golear a su débil adversario. La ventaja fue de cuatro goles, pero pudo haber sido mayor aún si el ganador hubiera tenido más precisión en la zona de definición.

Si bien Boca no alcanzó un nivel superlativo, ante el conjunto de La Paternal le alcanzó con la aparición de sus máximas figuras. Sin duda, entre ellas sobresale Juan Román Riquelme, un jugador que interpreta el juego de una manera diferente y su sapiencia provoca desequilibrio en gran cantidad de sus intervenciones. Al igual que ante Central, el volante le dio otra habilitación decisiva a Palacio para que éste marcara el segundo tanto, a los cuatro minutos del segundo tiempo, y a partir de ahí el encuentro tuvo un solo protagonista.

El conductor de Argentinos, Néstor Gorosito, no se equivocó la semana pasada cuando dijo que admiraba a Riquelme porque podía resolver todo en cualquier momento. Y como su equipo no tiene un jugador de esas características, se le hace muy difícil construir acciones ofensivas. Sin un mediocampista creativo, los visitantes sólo pudieron sostenerse hasta el gol de Palermo, a los 21 minutos de la primera parte, y luego todo se desmoronó lentamente para facilitarle las cosas a su rival.

Pero, más allá del estratega Riquelme, Boca también tiene a dos definidores de magnitud. Palermo y su historia siguen agrandando los números, y Palacio –se mostró molesto luego de su tanto por algunas críticas recibidas– sigue puliendo esa faceta sin ser un goleador natural. Encima cuenta con dos laterales rigurosos en la marca, y que también incursionan en ataque con mucho criterio. A partir de ahí, Boca vuelca su estructura en busca del éxito.

Uno de los puntos donde todavía no pudo exhibir solidez es el defensivo, sobre todo en la zona central. Mientras el paraguayo Cáceres se sigue acomodando a su nuevo club, entre Paletta y Battaglia cometen errores que pueden costarle caro en otro momento. Incluso, ayer, algunas malas salidas del arquero Caranta colaboraron para que Argentinos estuviera cerca de la igualdad. En una de esas jugadas, Paletta no se entendió con el arquero, y Pereyra casi convierte de media vuelta.

Los cambios que hizo Gorosito en el segundo tiempo no modificaron el desarrollo y, por el contrario, Boca aumentó el resultado con dos goles más convertidos por hombres que comenzaron entre los suplentes. Dátolo finalmente pudo marcar con un tiro bajo, luego de algunos rebotes y una buena combinación con Riquelme. El ex Banfield mostró sacrificio y comenzó a recibir el reconocimiento del público. Mientras, Gracián ganó confianza con un penal convertido en tiempo de descuento, luego de una fuerte falta de Escudero (se fue expulsado).

El debut de Boca como local fue el ideal, y sólo sus jugadores serán los encargados de darle continuidad.