Las apuestas que Claudio Ubeda hizo desde el banco de Huracán dieron más resultado que las movidas que Ramón Cabrero intentó desde el banco de Lanús para cambiar el destino del partido. Al menos, dos de ellas intervinieron en el gol que le sirvió al globo para celebrar una victoria que, en verdad, debió ser un empate. A los 38 minutos del segundo tiempo, Nieto, que había ingresado por Franco Mendoza, le bajó un saque largo de Barovero a Alan Sánchez, que había reemplazado a Sánchez Prette. Sánchez avanzó algunos metros, sacó un derechazo poderoso y alojó la pelota junto al palo izquierdo no demasiado bien resguardado por Bossio.

Tal vez esa participación de dos jugadores venidos desde afuera en el momento clave de la tarde haya sido lo único que distinguió a Huracán de Lanús. Valeri entró para jugar 34 minutos, Lautaro Acosta estuvo sólo 15, y ninguno de los dos pudo inclinar la balanza. Y es en este punto donde hay que hacer un alto: Huracán puso sobre la cancha de Argentinos lo mejor que tiene. Lanús, en cambio, ratificó su opción preferencial por la Copa. Cabrero hizo siete cambios respecto de la formación que derrotó el jueves a Danubio. Y tanto movimiento de piezas terminó por afectar, inevitablemente, la prestación de un equipo que tuvo las mismas ideas, pero intérpretes diferentes (y de menor calidad).

Faltaron demasiadas cosas: el rigor y la presión que en el medio suelen ejercer Pelletieri y Fritzler. La calidad desde el arranque de Valeri, los desbordes de Acosta y la presencia amenazante de Sand en el área. Las ausencias se hicieron sentir. Y, por más voluntad que pusieron, Ramírez, Diego González y Ledesma en la mitad de la cancha, y Cano de punta, no alcanzaron a disimularlas. Biglieri tuvo dos ocasiones claras en el primer tiempo. Las desaprovechó, y después su aporte fue nulo.

Huracán, a partir del despliegue de Leandro Díaz y de la presencia de Barrientos en el medio, de la movilidad de Poggi y de la habilidad enrevesada de Franzoia por la izquierda, manejó la pelota en la primera etapa. Pero se quedó sin luces al borde del área grande. Los ingresos de Nieto y Alan Sánchez intentaron modificar este cuadro y darle al equipo la profundidad que le había faltado. El gol le dio la razón a Ubeda.

Con Valeri, Lanús jugó mejor. Pero tuvo los mismos inconvenientes que Huracán para llegar a fondo. Cabrero apostó al límite metiéndolo a Acosta por Blanco y atacando con tres en el último cuarto de hora. Pero no encontró eco. Cuando el 0 a 0 parecía el único resultado posible, Alan Sánchez acertó un pelotazo y, tan sólo por eso, Huracán pudo ganarle a Lanús y su versión de emergencia.