Casi en el arranque del partido Palacio recibió un excelente pase cruzado de Alvaro González y debajo del arco, solo y sin marcas, cambió la trayectoria de la pelota hacia el segundo palo, y la mandó a dos metros del poste, pero del lado de afuera. Gol perdido, increíblemente perdido que hizo pensar en el trascendental encuentro que debe sostener Boca contra Maracaibo por la Copa Libertadores, con la teórica obligación de ganar por cuatro goles de diferencia, si Colo Colo le gana a Atlas. Si en ese compromiso del martes 22 Boca genera situaciones pero las desperdicia como esa que malogró Palacio está cocinado. Y si erra goles como el que se perdió un rato después Datolo pifiando feo con el arco vacío y si el árbitro le anula goles legítimos como el que Pezzota le invalidó a Palermo, también está en el horno.

El partido de ayer en Jujuy podía interpretarse como un anticipo, si se considera la distancia técnica individual y colectiva entre ambos equipos y la ubicación de los jujeños, colas en la tabla, comparada con la de los venezolanos, colas en el grupo clasificatorio. Pero claro, hay otras cuestiones básicas para atender y que desarticulan las semejanzas. Contra Maracaibo se va a jugar en la Bombonera, los venezolanos posiblemente presentarán un equipo de suplentes porque están prendidos en el torneo local y ya no tienen chances en la Copa y lo que es más importante, va a jugar Riquelme, con todo lo que implica en el ánimo de sus compañeros y sus rivales.

Boca no tenía obligación de golear a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, pero sí de ganar para no quedar muy lejos del pelotón de vanguardia. Ganó y ganó bien, pero le costó demasiado y hasta pasó por un momento de mucha angustia en el último tramo, cuando los locales, que perdían 2 a 0 y estaban con un jugador menos, embocaron un gol y estuvieron cerca de meter otro, con un remate que se fue cerca del travesaño.

Boca ganó a pesar de los goles que malogró en el primer tiempo (debe incluirse en la lista un buen disparo de Palacio que se reventó en el travesaño) porque en el segundo tuvo un poco de suerte en las dos conquistas de Datolo. En la primera, la pelota –que tal vez entraba de todos modos– se desvió un poco en un defensor, se levantó y descolocó por completo a Nereo Fernández. En el segundo, el balón pasó por entre las piernas del arquero y no porque precisamente el ex jugador de Banfield le apuntara ahí. El balón pudo pegar en una de las piernas del arquero, pero se filtró entre ambas. Lo que también se debe resaltar es que esos dos goles fueron la culminación de dos excelentes jugadas colectivas, con el coprotagonismo de Palacio, Gracián y Palermo en la primera y el pibe Chávez en la segunda. En un tramo en el que los locales parecía dominar la escena, aunque sin provocar mucho riesgo, los visitantes encontraron la mano de nocaut que limpió el panorama.

Los jujeños tuvieron sus llegadas. En el primer tiempo chocaron con la propia impericia y las manos de Caranta, lesionado sobre el final de la etapa. En el segundo tuvieron una chance muy clara que no fue gol por Migliore y en el segundo convirtieron un gol gracias a que Migliore había quedado mal parado y lo sorprendió el cabezazo de emboquillada de Escalante.

Contra Maracaibo, seguramente va a atajar Caranta. Boca lo va a necesitar, pero más va a necesitar que Palacio y Palermo la emboquen y que Datolo ande con viento a favor, como ayer.

Cancha: Gimnasia.

Arbitro: Sergio Pezzotta.

Goles: 58m, 82m Dátolo (B): 85m, Escalada (G).

Cambios: 45m Migliore (6) por Caranta (B), 61m Escalada (6) por Carranza (G), 75m Turdó por Arraya (G), Pieters por Mateo (G) y 82m Cristian Chávez por Gracián (B).

Incidencia: 74m, expulsado Acuña (G).