Dicen que Huracán le entregó a Racing el partido que jugaron sobre el final del torneo anterior para darle una mano en su pelea por no descender. Aquella vez Huracán jugó muy mal, casi no dispuso de situaciones de gol y Racing ganó 1-0. Ayer, Racing jugó muy mal, casi no dispuso de situaciones de gol y Huracán ganó 1-0. Entonces, ¿qué? ¿Le devolvió la gentileza? Ni hablar. Racing no hizo nada para favorecer a Huracán, pero no hizo mucho para merecer la victoria, o al menos para dejar la ilusión de que podrá mejorar con el correr de los partidos. Racing no va a menos; es menos. Se siente menos que sus rivales, se achica fácilmente, no tiene respuestas anímicas si le meten un gol y va a seguir en la misma línea en la medida en que no se le den buenos resultados.

Contra Huracán le pasó algo parecido a lo que le había ocurrido ante Lanús: no fue superado mientras estaban cero a cero y hasta insinuó una leve superioridad (chispazos de Prichoda y Moralez), pero se cayó a pedazos cuando le convirtieron un gol y en su desesperación abrió huecos y le dio al rival la posibilidad de regular el partido lejos de su propio arco.

Huracán entusiasmó un poco a sus hinchas por lo que produjo en el segundo tiempo. Las gambetas de Colzera, los toques precisos del venezolano González, las mandadas de Nadal, la prestancia de Leandro Díaz y la solvencia de los del fondo fueron una consecuencia directa de que enfrente sólo se veían fantasmas de camiseta celeste y blanca. El delirio de los hinchas de Huracán al final (no se querían ir de la Bombonera) contrastó con el silencio de hielo del final del primer período.

El primer tiempo fue un espanto. Imaginemos una partida de generala y esta secuencia:

–Uy, no hay nada, me tacho la doble.

–¡Qué desastre! Poneme cero al as.

–Ufa, a mí también, cero al as.

–Y... me tacho la generala.

–Sin escalera.

O uno de truco:

–Envido.

–No quiero. Truco.

–No quiero.

Y así todo. En 45 minutos hubo dos cabezazos en las áreas como únicas situaciones de relativo peligro; y nada más. Era rara la escenografía (llenas las segundas bandejas de la Bombonera, vacíos los palcos, las tribunas altas y bajas y gran parte de las plateas), y era raro que se encadenaran tantas imperfecciones. Para el segundo tiempo quedaba la esperanza de que un gol abriera todo. Hubo un gol: tiro libre de César González, toque de Colzera en el segundo palo ante la pasividad de los defensores racinguistas. Pero el partido no se abrió. Racing no tuvo respuestas. Ni en los que estaban en la cancha, ni en los que hizo entrar luego Llop. Y Huracán, un equipo hecho de apuro, con saldos y retazos, se aprovechó de las circunstancias y ganó bien. Deberá valorar estos tres puntos en lo que debe ser su objetivo primordial en este torneo y el que viene: no correr riesgo de descenso.

Estadio: Boca (local Huracán).

Arbitro: Diego Abal.

Gol: 53m, Colzera (H). ambios: 72m, L. González (5) por Sánchez Sotelo (R); 68m, Nadal por Castillo (H); 73m, Hernández por Shaffer (R); 77m, Chatruc por Zuculini (R); 79m, Gigli por Colzera (H); 90m, Meza Sánchez por C. González (H).