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Lunes, 18 de agosto de 2008

NATACIóN › EL DíA DESPUéS DE MICHAEL PHELPS, EL ASTRO DE LOS JUEGOS

Va a descansar en una cama de oro

 Por Ignacio Naya

Desde Beijing

Michael Phelps sólo piensa en descansar. Después de lograr la gesta para la que viajó a Beijing, ganar ocho medallas de oro, su mente está puesta únicamente en Baltimore, su familia y sus amigos. “Quiero no hacer nada. Es hora de unas largas vacaciones”, anunció el nadador de 23 años tras la final de los 4x100 estilos, en la madrugada de ayer, en la que no sólo ganó su octavo oro sino que batió su séptimo record mundial en ocho finales. Era la culminación de cuatro años de trabajo duro, de la búsqueda de un objetivo para la historia. En realidad, prácticamente era la culminación de una vida dedicada a la natación.

Los expertos dicen que Phelps es un hombre nacido para nadar. El alcance de sus brazos, mayor al de la media, su largo torso y las piernas comparativamente cortas dan a su cuerpo una fisonomía perfecta para moverse en el agua. “En las semifinales de los 100 mariposa caminaba por la zona mixta y pensaba: ‘Dios mío. Estoy muy cansado’”, confesó el norteamericano, que ganó esa prueba el sábado con apenas una centésima de ventaja sobre el segundo.

Después de nadar todos los días en los últimos años, de trasladarse a Ann Arbor, Michigan, para entrenar, de vivir casi como un monje durante su estancia en Beijing, Phelps cree que llegó el tiempo de relajarse. “Quiero ir a Baltimore y pasar tiempo con mi familia. Ver a amigos del colegio a los que hace mucho que no veo”, dijo el nadador. “Quiero volver y tumbarme en mi propia cama. Relajarme.”

Allí, en Baltimore, en su ciudad natal, Phelps podría cruzarse con el profesor que le dijo a su madre que su hijo nunca llegaría a ninguna parte, que no podía concentrarse. “Las cosas cambiaron mucho en los últimos cuatro años, y creo que aún van a cambiar más en los próximos cuatro. Es divertido ver cómo se está transformando este deporte”, advirtió.

El desarrollo de la natación pasa invariablemente por su figura. En Londres 2012 tendrá 27 años, una edad con la que aún podría ganar otro buen número de medallas. Ya suma 14 oros y es el deportista más laureado de la historia olímpica.

Pero sus planes son pura nebulosa. “Seguramente voy a intentar otros eventos, a ver qué pasa.” La próxima cita serán probablemente los Mundiales de natación de Roma en 2009. “Mi madre me dijo que más me valía formar parte del equipo, porque quiere ir a Roma”, confesó Phelps. Y es la orden de la mujer que siempre estuvo a su lado.

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