La cara de Américo Gallego al término del partido lo decía todo: ¿qué más hacer? Cambiar más de medio equipo no sirvió de nada o, en todo caso, fue un insípido aperitivo para una amarga goleada, la que le propinó Estudiantes, con suplentes, sin exigirse demasiado, pero sin mostrar piedad tampoco. La implacable catarata de goles que soportó el equipo de Avellaneda se acumula en un carnet vergonzante: es el conjunto más goleado del torneo, con 26 tantos en contra, y está 15º en la tabla, con apenas seis puntos más que el último, el casi descendido Gimnasia de Jujuy. Y esta vez, parece, un interinato de Miguel Angel Santoro no entra en los planes...

Así, mientras el técnico Alejandro Sabella extendió a 14 sus partidos invicto al frente de Estudiantes, el único equipo argentino clasificado a los cuartos de final de la Copa Libertadores, Gallego agregó más agonía a su momento, ya que Independiente perdió el primer partido como local desde que lo dirige (en la octava fecha, ante Lanús, con un resultado similar al de ayer, 1-5).

Los méritos de Estudiantes hubo que buscarlos en la practicidad de su juego, pero también en los mil y un errores del conjunto de Avellaneda. El entrenador comenzó a reconocer los suyos cuando apenas iban 20 minutos y su equipo ya perdía con un gol de cabeza del uruguayo Juan Manuel Salgueiro.

Gallego advirtió que la inclusión de un lateral como Ricardo Moreira en la mitad de la cancha no era justamente un acierto y ahí mismo decidió reemplazarlo –¡antes de la media hora!– por un delantero como Darío Gandín. Un cambio que aportó poco y que perjudicó demasiado.

Independiente perdió la poca marca que ya tenía en el medio campo y esa zona se hizo de tránsito ligero para un Estudiantes que realizó la misma cantidad de variantes que los dueños de casa, pero en este caso incluyendo algunos juveniles vírgenes de Primera División, como el caso del volante Roberto Birge.

Así llegó la segunda conquista, mediante otro cabezazo, en este caso de Federico Fernández. Y la segunda parte pintó desde el arranque para el desastre: no se había jugado un minuto de juego cuando Diego Galván empalmó de derecha un centro lanzado por Raúl Iberbia desde la izquierda: 3-0.

Faltaba tanto para terminar el partido e Independiente ofrecía tan poca resistencia que la incógnita pasaba por saber dónde paraba la cuenta. Se detuvo en cinco por esas cosas del fútbol. Centro desde la derecha de Salgueiro, al primer palo, Núñez que anticipa a su marcador y a Assmann, y la pone contra el palo. Era el 4-0.

Aflojó Estudiantes, que lo tenía controlado. No levantó Independiente, pese a los airados reclamos de sus hinchas. Montenegro marcó su tradicional gol en la derrota, y el colombiano Valencia remató el resultado con un centro que se terminó clavando contra el segundo palo. Por eso, ¿qué más puede hacer Gallego?

Estadio: Huracán.

Arbitro: Cristian Faraoni.

Goles: 16m Salgueiro (E); 41m F. Fernández (E); 46m Galván (E); 51m M. Núñez (E); 81m Montenegro (I); 90m Valencia (E).

Cambios: 27m Gandín (5) por Moreira (I); 56m Depetris (4) por Fredes (I), 63m Sosa (5) por L. Núñez (I); 64m Ré por M. Núñez (E); 77m Valencia por Birge (E); 90m Carrasco por Salgueiro (E).