Lunes, 17 de mayo de 2010 | Hoy
FúTBOL › ARGENTINOS JUNIORS, A PUNTO DE CUMPLIR 106 AñOS, LOGRó SU TERCER CAMPEONATO LOCAL
El club de Maradona, Riquelme, Redondo, Batista, Sorin, Cambiasso y el Bichi Borghi tenía dos antecedentes de títulos locales: Metropolitano 1984 y Nacional 1985. Merecidamente ganó su tercer título.
Por Juan José Panno
La fotógrafa y cineasta belga Agnès Varda dirigió un conmovedor e imperdible documental autobiográfico (Las playas de Agnès) en el que juntó 80 años de una apasionante vida llena de matices. Argentinos Juniors nació el 15 de agosto de 1904 y también tiene una historia rica, intensa, que se podría contar (a lo Varda) en un collage en el que se entremezclan nombres, momentos, circunstancias y particularidades. La suma de imágenes reforzará, seguramente, la idea de que Argentinos Juniors es el equipo chico que más le ha dado al fútbol, el más simpático, el más querido o el menos odiado, que viene a ser casi lo mismo. Ni rival clásico tiene, aunque Platense, Chicago, Atlanta, Chacarita y Vélez se anotan en una modesta carrera de aspirantes.
La película de Argentinos podría empezar en cualquier punto del largo camino. En el gol del Gran Caruzzo contra Independiente, por ejemplo, que gritaron miles de hinchas de todos los cuadros o en el repaso línea por línea de aquel equipo que cualquier chico memorizaba en los años ’60: Moreno, Valentino y Ditro; Sainz, Ramaciotti y Malazzo; Canseco, Pando, Carceo, Hugo González y Sciarra. Podría saltar de ahí a la fundación del club, que fue en una biblioteca anarquista por unos locos lindos que pusieron el nombre original de Mártires de Chicago, luego cambiado por el actual.
No deberá demorarse mucho en meter las imágenes de la canchita de Juan Agustín García y Boyacá. Y compararla con otros estadios. El de Huracán se llama Tomas A. Ducó (un coronel); el de Boca se llama Alberto J. Armando (un dirigente); el de River, Antonio Liberti (otro dirigente); el de Argentinos Juniors se llama Diego Armando Maradona. También debe ser por eso uno de los clubes más queridos o acaso porque tiene una tradición de cabeza levantada y pelota contra el piso, o porque en ese club emergieron las figuras de Batista, Redondo y Markic; de Placente y Sorin; de Riquelme e Insúa; de Espíndola, Cambiasso y Diego Cagna. Y Claudio Borghi, claro, que tiene el mérito de haber salido campeón como jugador en el Nacional del ’85 y como entrenador en el campeonato que se cerró ayer.
No será difícil encontrar imágenes de sus rabonas; de su juego brillante; de los posters que anunciaban la final Intercontinental del ’85 como el duelo de él contra Platini; de su actitud serena y calma en el banco de suplentes, que contrasta con toda la histeria que circula en nuestras canchas; de sus declaraciones medidas, agudas, nunca complacientes.
Los saltos del presente al pasado deberán incluir el 12-0 a Talleres de Córdoba en el ’86; la serie invicta de 14 partidos en el último tramo del Clausura; el 1-8 ante Independiente en 2000; los años en la B; las 12 mil almas que pintaron de colorado en la tarde de ayer una de las cabeceras de la cancha de Huracán; el silencio atroz que siguió por un par de minutos al gol de Alan Sánchez; el cabezazo de Mercier por sobre la cabeza de Monzón; el día que mandaron al descenso a San Lorenzo; y la tarde que Maradona humilló a Hugo Gatti en la cancha de Vélez en un 5-2 imborrable.
La cámara deberá pasar por el rostro de algunos hinchas famosos y aparecerán Gabriel Schultz, Miguel Vicente, Marcelo Benedetto, Alberto Fernández, y deberá detenerse en ese actorazo que fue Carlos Carella. Su viuda, esa mina fiel de gran corazón que es Perla, podría decir emocionada, mirando a la cámara, que de vez en cuando le cuenta cosas de lo que anda pasando por aquí y de la felicidad de este frío domingo de mayo.
También se pasarán la pelota a través del tiempo Olguín, el Panza Videla, Mercier, Pederzoli, Calderón, Pasculli, Pedutto, Villalba, Sainz, Insúa, Ortigoza, Domenech, Pepe Castro, Ereros, Nappe, Hauche dirigidos por el Toto Lorenzo, Labruna, Saporiti, Chiche Sosa, Gorosito y el Piojo Yudica, claro.
Y, a la manera de Agnès Varda, sería fantástico para el final una recreación de una vuelta olímpica con todo el público de Huracán aplaudiendo de pie, en lugar de esas corridas en la otra cabecera que empañaron la fiesta. Era el final feliz que se merecía la película de un club querible y de un digno campeón.
Estadio: Huracán.
Arbitro: Saúl Laverni.
Goles: 23m, Mercier (A); 77m, Coria (A); 87m, A. Sánchez (H).
Cambios: 45m, Franzoia (5) por Balvorín (H); 62m, Ortiz López por Peralta (H); 78m, A. Sánchez por Clara (H); 82m, F. Domínguez por Calderón (A); 87m, Raymonda por Coria (A); 89m, Pavlovich por Oberman (A).
Incidencias: 66m, expulsado Goltz (H); 83m, expulsado Jerez (H).
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