En la AFA se percibe un clima de cambios, a juzgar por quienes la frecuentan. No se trata de cambios centrales, como suprimir los promedios o abolir las estresantes y violentas promociones de los torneos tradicionales, ni de adecentar ciertas prácticas, pero sí de ponerse a tono con un reclamo que venía capitalizando Daniel Vila, el presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza y dueño de América 2. Sus aspiraciones a dirigir el fútbol argentino parecen haber sido neutralizadas y la federalización que preconiza desde hace tiempo será puesta en práctica por Grondona con un viejo proyecto. De ese modo no repartirá con más equidad dinero ni cargos en la AFA como reclama el empresario, pero sí un carrusel de partidos por todo el país con la llamada Copa Argentina. Se trata de un torneo que recuerda al que se jugó por única vez bajo ese nombre en 1969. Lo ganó Boca en una final contra Atlanta que se disputó en el Viejo Gasómetro. Al año siguiente no terminó y quedó desierto el título de campeón. Vélez y San Lorenzo empataron el partido de ida, pero nunca se jugó la revancha.

La fecha fijada para su arranque es el 24 de agosto, aunque podría estar sujeta a cambios. En la Copa jugarán los clubes de todas las categorías, directa o indirectamente afiliados a la AFA, desde Boca hasta Yupanqui. También han sido invitadas las provincias que no tienen equipos en ninguna de las competencias federales más importantes, los torneos argentinos A y B: Tierra del Fuego, Neuquén, La Rioja y La Pampa. La idea es muy buena y totalizadora. La Liga Neuquina (Lifune) ya eligió para representarla al club Maronese, una joven institución fundada en 1996. La AFA también le cursó la misma invitación a las ligas de fútbol de Río Grande y Ushuaiense de Tierra del Fuego para que respondan antes del 25 de julio qué equipo elegirán. En todos estos casos les exigen como condición que tengan un estadio semejante a los que se utilizan en el Argentino B.

Podría pasar, en un fútbol que da para todo, que en la última fase de la Copa –se jugará a partido y revancha cuando se sumen los clubes de Primera– un grande de Buenos Aires tuviera que enfrentar a clubes como Maronese o Real Madrid de Río Grande, el último campeón de esa Liga. Cada tanto se producen sorpresas parecidas en la Copa del Rey, de la cual se copió el formato, aunque ésta la juegan 83 clubes españoles, menos de la mitad de los que se repartirán por la extensa geografía argentina.

Serán 174 los clubes que disputarán la Copa (99 de ellos pertenecen a la A, B Nacional, B, C y D), que se dividirán por regiones, desde el Argentino B hasta la B Metropolitana, donde se enfrentarán a un solo partido eliminatorio. Después, en dos tandas, se sumarán los equipos de la B Nacional y de Primera. La idea de la Copa Argentina es tan vieja como la de ciertas competencias disputadas con el advenimiento del fútbol profesional. Central Córdoba de Rosario, hoy en la Primera C, le ganó a Racing la final de la Copa de Honor Beccar Varela, que empezó jugándose en 1933 y finalizó al año siguiente con la participación de clubes cordobeses, santafesinos, rosarinos y uruguayos. Una forma de saber de dónde venimos y hacia dónde vamos.