Las victorias de Racing y Lanús y el empate del partido en Liniers le pusieron un poco de condimento a ese campeonato soso, desabrido, que parece destinado a la cómoda consagración de Boca. Ahora, la distancia entre el puntero y su escolta es un poco más estrecha, y podría achicarse aun más si Racing consiguiera imponerse en la Bombonera. Si efectivamente eso ocurriera, el equipo del Cholo Simeone se colocaría a 5 puntos de Boca, con 12 unidades en juego. Sólo si Boca se dejara envolver por los fantasmas del torneo que le dejó servido a Estudiantes de La Plata, en los tiempos de Ricardo La Volpe, el campeonato empezaría a correr peligro.

En la intimidad del plantel boquense, más allá de las cautas declaraciones públicas, nadie teme a las brujas. A pesar de las reiteradas lesiones que obligan al cambio de nombres y esquemas, sin Riquelme, sin Viatri, sin el Burrito Rivero, sin Cvitanich, sin Blandi (que había reemplazado a Cvitanich), en la mitad del partido del domingo sin Roncaglia, también lesionado, el conjunto de Julio César Falcioni suma y sigue.

Disfruta de los beneficios de los números que levantan la autoestima, el tranquilo clima interno que se fue aireando al compás de los resultados y las campañas irregulares de los que vienen detrás.

Boca sabe que si empata los cinco partidos que le faltan se hará prácticamente inalcanzable.

Veamos: ¿qué ocurriría si Boca iguala los cinco partidos que debe disputar? En ese caso llegaría a 37 puntos.

Podría superarlo Lanús, para lo cual debería triunfar en sus últimos cinco compromisos (Arsenal, All Boys, Olimpo, Unión y Newell’s).

También Rafaela llegaría a 38. Pero para eso debería superar los escollos de Colón, Tigre, Vélez, Racing y Godoy Cruz, sin resignar un solo punto.

Para llegar a los presuntos 37 puntos del Boca empatador, Racing necesitaría, luego del hipotético empate en la Bombonera, superar a Belgrano de Córdoba, Colón, Rafaela y Vélez.

Tigre, Belgrano y Vélez no llegarían ni eslabonando cinco triunfos.

Todos estos números, naturalmente, también los maneja el cuerpo técnico que comanda Falcioni. Pero no dio la sensación de que el equipo haya ido a Liniers con la meta obsesiva del empate. Fue a jugar el partido, buscó la victoria, arriesgó saludablemente casi siempre y recién sobre el final pareció conformarse con la idea del arco cerrado y un empate que se cotiza alto. Boca no celebró (entre otras cosas porque desperdició un penal que le habría dado la victoria), pero tampoco se fue disconforme de Liniers. A cualquier hincha que se consulte dirá que se hizo un buen negocio.

Se supone que en su próxima presentación contra Racing estará recuperado Juan Román Riquelme, con lo que ello significa en favor del rendimiento colectivo y el consecuente perjuicio para el rival. Sin embargo, Racing tiene armas contundentes (empezando por los dos colombianos) para ir a jugar de igual a igual en la Bombonera en esa que, para ellos, será una especie de final.

Por el bien del campeonato, para terminar con la monotonía de lo previsible, para que se pueda empezar a pensar en otros números, estaría bueno que Racing dé el gran golpe en la cancha de Boca.

Estadio: Vélez.

Arbitro: Héctor Baldassi.

Cambios: 45m F. Sosa por Roncaglia (B); 67m A. Fernández por Ramírez (V), 74m Colazo por Erbes (B); 75m Franco por J. M. Martínez (V); 83m Cerro por Bella (V); 90m Paredes por Mouche (B).

Incidencia: 36m Montoya (V) le atajó un penal a Schiavi (B).