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Desde el reparto de tres puntos por victoria, uno por empate y nada por la derrota, las igualdades para los equipos que pelean campeonatos se consideran, en general, más dos unidades perdidas que una ganada. Sin embargo, Boca se llevó de Liniers un muy buen punto, tanto por las circunstancias en que lo consiguió como por la jerarquía de su rival. Vélez era una de las estaciones en la que el líder podía dejar su invicto, mucho más teniendo en cuenta las ausencias de peso con las que debía afrontar un compromiso, en los papeles, perdible.

Pero no sólo no perdió sino que Boca, por situaciones de gol generadas, estuvo más cerca de la victoria que el último campeón argentino. De esa manera, el puntero llegó al receso antes de la recta final del torneo pleno de confianza, con ocho puntos de ventaja sobre su escolta Racing y con la posibilidad de contar con quince días de tranquilidad para terminar de recuperar a los lesionados Riquelme, Cvitanich, Blandi y Rivero. A los números (nueve victorias y cinco empates, sólo tres goles en contra en 14 partidos) los avala con la solidez de su funcionamiento.

Con esas sensaciones en la cabeza, Julio Falcioni y sus jugadores pueden preparar con una serenidad casi inédita el próximo partido ante su principal adversario Racing, que vivirá una sensación totalmente opuesta. Para el equipo de Simeone, el cruce en la Bombonera significará una chance para seguir en carrera al menos una semana más, con la victoria como único resultado posible. Una derrota o un empate determinará la despedida definitiva a la ilusión de pelear por el Apertura.

Ante ese panorama, Boca tiene todo servido en bandeja para empezar a celebrar de manera anticipada. Incluso otra igualdad, como ante Vélez, sumará más que lo que restará, por más que las eventuales victorias de Rafaela y/o Lanús los podría acercar a siete puntos, con 12 en juego. El único problema que puede tener el equipo de Falcioni es que esa tranquilidad le quite adrenalina o que se enamore demasiado rápido del empate y lo termine pagando con una derrota. En caso contrario, ya le puede ir sacando lustre a la chapa.