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La corriente renovadora continúa envolviendo el presente de River. Lentamente, el irregular comienzo de año va quedando atrás, y ahora las alegrías son más continuas por los alrededores de Núñez. El equipo consiguió ayer la primera victoria en su estadio en este torneo, y también se perfila como uno de los principales animadores del campeonato.
Los buenos momentos que River exhibió la semana pasada en Santa Fe volvieron a aparecer ante Chacarita. El equipo volvió a demostrar superioridad sobre su rival, y de esa manera los jugadores comienzan a sentirse más seguros con el esquema diseñado por el entrenador Manuel Pellegrini. Precisamente, el equipo estrenó ayer un nuevo diagrama ubicando tres defensores en la última línea, dos volantes de marca más adelantados, otros dos volantes con funciones ofensivas, D’Alessandro con mayor libertad para distribuir, y los dos delanteros habituales.
Más allá de que la victoria llegó en tiempo adicional, el juego de River dejó en claro que, cuando este equipo logra combinar la capacidad individual de sus futbolistas con las variantes colectivas, está en condiciones de ponerse objetivos grandes. Igualmente, también tiene aspectos para corregir, sobre todo en el sector defensivo.
River inició el partido de ayer adelantándose en el campo, y así presionaba sobre la salida de los volantes de Chacarita. Curiosamente, en ese marco River sólo se acercó con un cabezazo de Fuertes, luego de un desborde de Zapata por la izquierda. Antes, a los cinco minutos, Rivero remató cruzado al lado del palo. Con respecto a aquellos problemas en la defensa, River no acertó cuando pretendió dejar a sus rivales en posición adelantada: a los 24 minutos, Romero fue habilitado y encaró de frente a Buljubasich, que terminó cometiéndole penal. Después que Pena puso en ventaja –el equipo de San Martín llevaba 623 minutos sin convertir– a los visitantes, y cuando todo indicaría que River buscaría rápidamente el empate, Chacarita fue el que mejor controló el partido ante la ansiedad de los locales.
Luego de que Garcé estrelló un derechazo en el palo, River recién llegó a la igualdad en el descuento de la primera parte: Claudio Husain definió cruzado desde la derecha, después de una perfecta jugada elaborada.
Chacarita buscó hacer correr el tiempo exageradamente en la segunda mitad, mientras River intentaba por todos los caminos. Primero Navarro Montoya le ganó un mano a mano a Fuertes, y luego el árbitro no vio una mano de Almandoz en el área. Con Chacarita metido en su campo, y ya con diez hombres por la expulsión de Romero, el debutante –en el torneo local– Darío Husain no llegó a empujar un centro de Cavenaghi. Pero el cabezazo de Ameli en el minuto 49 sirvió para el desahogo tan esperado.
En esta oportunidad, River encontró su premio por el que tanto insistió durante todo el desarrollo, y Chacarita sufrió el castigo por pretender conformarse con muy poco.