River estaba en la lona. Almeyda, contra las cuerdas. De los ocho rounds que se llevan disputados, en tres oportunidades el equipo de Núñez besó el suelo del ring. Y muchas veces el conteo del árbitro llegó hasta nueve. Mareado, confundido y al borde del nocaut llegaba ayer a Sarandí. Pero reaccionó a tiempo. Volvió a estar consciente y lúcido. Y a base de jabs y uppercuts, arrinconó a Arsenal, otro que venía con moretones y cortes por todos lados, hasta dejarlo fuera de combate con los goles de Ponzio, Luna y Rogelio Funes Mori. Respira River y también Almeyda, que a pesar de que tendrá que mejorar muchísimo el funcionamiento del equipo vivirá, por lo menos, siete días en paz.

El registro marcaba que el dueño de casa hilvanaba tres derrotas consecutivas, impropias para un equipo caracterizado por su solidez defensiva. Del otro lado, River, con un entrenador resistido por gran parte de los hinchas, llegó al Viaducto con la guardia baja, producto del cansancio y de los duros golpes que cosechó en las fechas anteriores.

Y en el comienzo quedó exhibido el presente de ambos. River y Arsenal se miraban, se intercambiaban golpes, como para tantear la zona, pero sin intención de lastimar. La imprecisión se erigió como la protagonista, y la pelota como la principal víctima. No obstante, fue el visitante el que metió la primera mano certera. Sánchez mandó un centro desde la derecha y Mora, incómodo, metió un cabezazo que dio en el travesaño.

Sin embargo, esa oportunidad clara fue sólo una aguja en un pajar. Durante casi todo el primer tiempo, Barovero y Campestrini fueron espectadores de lujo. Lo único a destacar fue la presencia de Ponzio. Como en los últimos partidos, el mediocampista fue la luz de un equipo tapado por la oscuridad. El ex Zaragoza de España corrió, metió, ordenó, jugó y también golpeó. Es que en un partido mediocre Ponzio fue el único que se animó a asestarle un gancho a la quijada a Arsenal. El volante robó tras una mala salida de Espinoza y desde afuera sacó un potente derechazo que se metió contra el palo derecho de Campestrini. ¿Ganaba River? No. Ganaba Deportivo Ponzio. Con el primer golpe certero, el equipo de Sarandí cayó a la lona, y si bien logró reponerse, ya tenía la guardia baja.

En el complemento, el trámite no cambió. Ambos equipos, demasiado imprecisos, seguían prestándose la pelota. Cirigliano y Aguirre, erráticos y muy intermitentes, no eran salida para el visitante, que tuvo como puntos altos –además de Ponzio– a Mora, muy dinámico, y a Pezzela.

Ya sobre la mitad del complemento, Arsenal, aún mareado, pegaba sin éxito, y River con un cross lo tiró nuevamente al suelo a los 23. Affranchino se escapó por derecha y tocó para Luna, que abrió para Mora. El uruguayo, de media vuelta, habilitó al ex Tigre, que de volea puso el 2-0.

Ya no había más combate. La suerte estaba echada. Más aún cuando Carbonero vio la roja por un planchazo. Ya sin ánimos de luchar, Arsenal se entregó y River se floreó. A los 35, Rogelio Funes Mori le dio el tercer golpe al local, que apenas se mantenía en pie. Hasta que el equipo de Núñez lo noqueó con otro gol del delantero. River ganó, y respiran Almeyda y los hinchas, que no verán esta semana a su club en zona de descenso.

Informe: Matías Jofré.

Estadio: Arsenal.

Arbitro: Néstor Pitana.

Goles: 40m Ponzio (R); 70m Luna (R), 81 y 90m G. Funes Mori (R).

Cambios: 45m D.Torres (4) por Espinoza (A) y Affranchino (6) por C. Sánchez (R), 64m Lanzini por Cirigliano (R), 70m Céliz por Benedetto (A) y Cardozo por Aguirre (A), 74m G. Funes Mori por Luna (R).

Incidencia: 75m expulsado Carbonero (A).