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Boca pasa seguido con luz amarilla
Como en el partido del pasado jueves contra Colo Colo, ayer, ante Olimpo, el cuadro de Bianchi no pudo sostener la ventaja y empató. Moreno puso en ventaja a Boca en el arranque del partido y Carrario empató en el segundo tiempo, aprovechando un macanazo de Schiavi. En el final, los boquenses atacaron con más voluntad que ideas.
Por Adrián De Benedictis
Si bien continúa liderando el torneo Clausura y su grupo en la Copa Libertadores, dos empates consecutivos pueden generar cierta inestabilidad en un equipo como Boca. Sobre todo, cuando su poder de contundencia ahora empieza a provocar algunas discusiones. La efectividad que caracteriza a este plantel en el 2003, y más precisamente desde el segundo arribo de Carlos Bianchi a la dirección técnica, comenzó a estar en duda a partir de las últimas actuaciones del equipo. Primero fue el último jueves, ante Colo Colo de Chile, y también ayer por la tarde, ante Olimpo, que el equipo no pudo demostrar en el resultado esa superioridad que por momentos exhibe en la cancha.
Por ese motivo, las cuestiones principales pasan por saber de qué manera Boca contribuye para que aquel plan pueda llevarse a cabo. Por lo que se vio en la última semana, superar a su adversario sólo con ráfagas pasajeras de buen juego ya no le alcanza.
Algo similar a lo que sucedió ante los chilenos se percibía ayer ante los bahienses. Habían transcurrido sólo tres minutos de juego cuando Boca se puso en ventaja: Moreno definió de zurda una gran habilitación de Tevez, quien recibió la pelota por un mal rechazo de Carrario. A partir de ese momento, Boca comenzó a generar peligro en cantidad y en calidad. Entre Tevez, Estévez, Cagna y Moreno consiguieron que el desarrollo del partido se desplace hacia el área de Vivaldo. Y de esa manera se intuía que el aumento en el marcador llegaría por decantación.
Primero Cagna probó desde afuera y encontró bien parado a Vivaldo, luego Estévez estrelló, un centro desde la derecha, en el travesaño, y enseguida otra vez Estévez definió por arriba. Más tarde, Domínguez cruzó justo ante una entrada de Tevez, y Carrario mandó la pelota al corner cuando Estévez se preparaba para enfrentar al arquero. En el medio de todo eso, Carrario no pudo marcar el empate porque Battaglia se interpuso en el camino.
Esa supremacía de Boca era bien marcada, pero la mínima diferencia no permitía ningún síntoma de relajación. Para colmo, en la segunda parte fue Olimpo, al igual que sucedió frente a Colo Colo, el que tuvo más espacio para controlar la pelota. Y así, la velocidad de Estévez era el principal camino para explotar. Boca se acercó con un remate de Tevez, con otra entrada de Moreno, y también cuando Cagna remató por arriba desde afuera del área. Mientras, Olimpo inquietó con un tiro de Medina y otro de Fernández, pero después de que Vivaldo le sacó un tiro libre a Delgado, los visitantes igualaron con un toque de Carrario, luego de una desatención de Schiavi.
Como Tevez ya no estaba -Bianchi se apresuró a sacarlo- en la cancha, la búsqueda de Boca por la victoria se hizo desprolija y desesperada, y nuevamente no pudo resolver el mayor inconveniente que viene presentando: su propia indefinición como equipo.