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La Federación Internacional de Natación (FINA) quiere poner en evaluación los trajes de baño de alta tecnología después de que tres nuevos records mundiales elevaran el sábado la cifra de plusmarcas de esta temporada a 94. Ayer, la cantidad subió a 95...

El vicepresidente del organismo, Dale Neuburger, pidió en una carta enviada a la comisión ejecutiva de la Federación la suspensión del permiso para la utilización de nuevos trajes hasta después de los Campeonatos Mundiales del año próximo en Roma, que se disputan del 18 de julio al 2 de agosto de 2009. Todos los fabricantes fueron invitados por la FINA a una reunión el 20 de febrero en Lausana.

El sábado continuó la marea de records con tres nuevas plusmarcas en piscina corta. La francesa Coralie Balmy impuso en los 200 metros libres de los campeonatos nacionales en Angers la marca de 1m53s18, superando el record que hace tres años había logrado la australiana Lisbeth Lenton (1:53,29). Previamente, su compatriota Amaury Leveaux mejoró la marca de los 50 metros mariposa con un tiempo de 22s29 segundos, 21 centésimas más rápido que el registro del australiano Matt Jaukovic. En Eindhoven, el estadounidense Randall Bal acabó con el record del británico Liam Tancock en 50 metros espalda en piscina larga por 14 centésimas, dejando la nueva plusmarca en 24s33.

Ayer, el nadador francés Alain Bernard batió el record del mundo de 100 metros libres en piscina corta, con un tiempo de 45s69 en la final de los campeonatos de Francia. La anterior plusmarca mundial, 45s83 centésimas, la había fijado el sueco Stefan Nystrand el 17 de noviembre de 2007 en Berlín.

El pedido es la primera reacción de la FINA ante la evidencia de que los avances en los trajes de baño son más eficaces que los esfuerzos realizados por los nadadores. Además, llega en momentos en que la federación nacional más poderosa, la de los Estados Unidos, presiona por una suspensión de los trajes enterizos, que van desde los tobillos a los hombros, ya que el 90 por ciento de las medallas olímpicas de la natación entregadas en los Juegos Olímpicos de Beijing fueron conseguidas por nadadores que utilizaban estos disfraces acuáticos, incluido la estrella de los Juegos, Michael Phelps, ganador de ocho medallas de oro.