Lunes, 6 de junio de 2011 | Hoy
BASQUETBOL › PEñAROL VENCIó 89-83 A ATENAS Y SE QUEDó CON EL TíTULO DE LA LIGA NACIONAL DE BáSQUETBOL
El equipo marplatense volvió a demostrar su jerarquía ante un durísimo rival, al que liquidó en la serie final por 4-1 para lograr su segundo título al hilo. “Este es el resultado de mucho trabajo”, sentenció Sergio Hernández, el técnico más ganador de la Liga local.
Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata
”Con un poco de suerte, nos subíamos a la lona.” La frase le pertenece a Domingo Robles, actual presidente de Peñarol de Mar del Plata, y grafica a la perfección el momento que atravesaba el club cuando asumió su cargo en la temporada 2003/2004. Siete años después de estar a punto de desaparecer y de salvarse del descenso casi de manera milagrosa, el conjunto marplatense, con una destacada actuación de Leo Gutiérrez y un muy buen final de Facundo Campazzo, venció anoche 89-83 a Atenas en un Polideportivo colmado por más de 8 mil personas, cerró por un contundente 4-1 la serie final y celebró por segundo año consecutivo el título de la Liga Nacional de Básquetbol, ante el mismo rival y por el mismo resultado que el año anterior. Así ratificó la hegemonía que comenzó a gestar en el último lustro y que consolidó en las dos últimas temporadas.
Para entender el presente de Peñarol, un típico club de barrio que llegó a ganar dos veces la competencia más importante de América, sirve repasar la historia reciente. Antes de comenzar aquella temporada 2003/2004, con el arrastre de la crisis de 2001 y con un club plagado de deudas y juicios, la dirigencia planeaba vender la plaza de Liga Nacional para achicar el pasivo y tratar de salvar la institución. Fue en el momento en el que asumió Robles y su grupo de trabajo. “Tenemos tiempo de salir corriendo, pero vamos a tratar de pagar”, fue la premisa del dirigente. Con un presupuesto acotado, con los derechos de televisión ya comprometidos y con un mensaje claro para buscar sponsors (“vamos a estar últimos, pero vamos a sacar al club”), el milagro comenzó a gestarse. Tras pelear en los últimos lugares durante todo el año, Peñarol ganó un partido increíble en la penúltima fecha a Libertad en Sunchales y zafó del descenso. Al otro día, su gente recibió al plantel como si hubiese sido campeón.
A partir de ahí, Peñarol afrontó riesgos y redobló su apuesta cada año. Con el mismo grupo de unos veinte dirigentes que siguen pagando su entrada y la de sus familiares para ir a la cancha como en aquellas épocas de vacas flacas, el equipo primero se transformó en protagonista, luego fue sumando figuras y ahora conformó un plantel de lujo, liderado afuera de la cancha por Sergio Hernández –ex entrenador de la Selección Argentina– y adentro por Leo Gutiérrez, que con su título de ayer ya suma ocho para convertirse en el jugador más ganador de la historia de la Liga, por encima de los siete de Marcelo Milanesio y Héctor Campana.
De aquel 2003 complicado a este 2011 exitoso, el crecimiento deportivo y económico fue paulatino, pero vertiginoso. En 2006 llegó la primera alegría, con el título del Súper Ocho de Neuquén, un torneo que ahora parece menor, pero que en aquel momento significó una explosión de felicidad, con una caravana por toda Mar del Plata para recibir a los campeones. Llegaron las frustraciones, como las finales de Liga perdidas ante Boca en 2007 y ante Atenas en 2009. Pero, cada temporada, la apuesta creció. A la base de Tato Rodríguez, Marcos Mata y Alejandro Diez se le fueron sumando otros eslabones: primero fue Sergio Hernández y, más tarde, Leo Gutiérrez y Martín Leiva, que terminaron de cerrar el combo. Por eso, en los últimos cinco años, Peñarol nunca bajó de las semifinales, con cuatro definiciones y dos títulos de la Liga Nacional. Además, también obtuvo dos veces la Liga de las Américas (2008 y 2010), consiguió la última Copa Argentina y festejó otros torneos menores como la Interligas 2010 y el Súper Ocho 2009.
Ahora, con la tercera Liga Nacional de su historia en el bolsillo y con la base del plantel campeón con contrato para el año que viene, el objetivo de los dirigentes es convencer a Hernández para que siga en el cargo que ostenta desde hace cuatro años. Como Atenas dominó la Liga Nacional en las primeras dos décadas, ahora el que marca la tendencia es Peñarol, ese club de barrio que hace ocho años estuvo a punto de desaparecer y que, con suerte, podía subirse a la lona.
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