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Lunes, 4 de agosto de 2014

BASQUETBOL › LA SELECCIóN ARGENTINA SE PREPARA PARA EL MUNDIAL DE ESPAñA

La vida después de Ginóbili

Con la baja del bahiense, el entrenador Julio Lamas debe replantear el equipo y darles más protagonismo a los jóvenes. El rol de Campazzo, el líder de la nueva generación, y la apuesta por los juveniles para el recambio del juego interior.

 Por Ariel Greco

”Pienso un equipo con Ginóbili y otro sin él.” Julio Lamas sabe más que nadie la importancia que tiene Emanuel Ginóbili para la Selección Argentina, pero desde hace tiempo venía pensando en la posibilidad de que el bahiense no se pudiera integrar al plantel, algo que ya está confirmado. Con esa tremenda baja, sumadas a las ya sabidas de Carlos Delfino y Juan Gutiérrez, el desafío del entrenador pasa por conformar un equipo competitivo, con mucho menos material. Y, claro, acelerar el recambio que se venía postergando, pero que ahora se dará casi de manera obligada.

Del conjunto campeón olímpico de 2004 sobreviven el capitán Luis Scola, Andrés Nocioni, Leo Gutiérrez y Walter Herrmann, quien volvió a jugar luego de dos años. A ellos se les podría sumar Pablo Prigioni que, si bien no integró aquel plantel, es de la misma generación y a partir de 2006 se transformó en parte estable del grupo. Ellos representan a la vieja guardia y serán los encargados de mostrarles el camino a los nuevos, que deberán asumir la responsabilidad de continuar el legado.

A mitad de camino entre los viejos y los nuevos se encuentra Facundo Campazzo, el base sustituto de Prigioni. No por edad, ya que apenas acumula 23 años, pero por capacidad de juego, liderazgo y experiencia, el probable futuro armador de Real Madrid lidera a la nueva camada, tal como lo demostró en el Premundial de Caracas y en la última Liga Nacional con Peñarol. Con distintas características, el cordobés puede darle algo de la inventiva y la capacidad de penetración que se pierden sin Ginóbili. Por lo pronto, en el último ensayo ante Brasil, comandó la remontada y dejó maniobras con su sello, como dos caños ante los gigantes brasileños.

En la zona pintada, los recambios serán jóvenes con futuro, pero que deberán dar el salto de calidad de golpe. Marcos Delía (22 años y 2,08 metros) y Matías Bortolín (21 años y 2,06 metros) ya tienen garantizado su lugar en la lista definitiva, y vienen aprendiendo desde las selecciones juveniles. Pero con poco rodaje en la Liga Nacional, su rendimiento a este nivel es una incógnita. Más aún el de Tayavek Gallizzi (21 años y 2,04 metros), que era uno de los sparrings del plantel y, gracias a su intensidad y buen rendimiento, se ganó un lugar en la preselección. Si Lamas decide ir con cinco internos, tendrá su bautismo oficial en un Mundial.

El puesto de escolta es el que más huérfano quedó con las bajas de Ginóbili, Delfino y la no convocatoria de Paolo Quinteros. Allí conviven el tirador Selem Safar y Nicolás Richotti, con más tendencia a penetrar. El problema es que ambos son bajos y livianos para el nivel internacional. Por eso, Lamas está improvisando con un alero, Marcos Mata, para compensar ese déficit. Nicolás Laprovíttola, base natural, también podría tener un lugar, sobre todo si el DT decide jugar algunos minutos con dos armadores. El alero Franco Giorgetti, por superposición de jugadores en su puesto, es fija para ser una de los dos cortes que aún debe resolver Lamas.

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Facundo Campazzo, una de las esperanzas argentinas para el Mundial de España.
 
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