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Por Patrice Burchkalter
Desde Nurburgring

Ninguna orden de Ferrari impidió que Rubens Barrichello atravesara la meta como ganador del Grand Prix de Europa de Fórmula 1. En la misma situación que en el Grand Prix de Austria el 12 de mayo pasado –en el que el piloto brasileño lideraba la carrera delante de Michael Schumacher– la Scuderia no osó volver a provocar a la Federación Internacional del Automóvil, tres días antes de la reunión en París del Consejo Mundial, que juzgará el miércoles lo que ocurrió en el A1 Ring.
Con lo cual, Barrichello pudo finalmente ganar y adjudicarse la segunda victoria de su carrera, la primera esta temporada, superando al cuádruple campeón del mundo; mientras que el resto de sus adversarios Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes), Ralf Schumacher (Williams-BMW), Jenson Button (Renault) y Felipe Massa (Sauber) quedaron relegados muy por detrás de los monoplazas rojos F2002.
“Es un resultado fantástico –admitió Barrichello–. ¿Una revancha de lo ocurrido en Austria? Aquello ya pasó. La estrategia jugó esta vez a mi favor y hemos demostrado que somos un equipo muy unido y fuerte.”
“La situación era diferente –explicó Michael Schumacher–. En Austria se trataba de la quinta carrera del año. Esta es la novena. Y, sin ser arrogante, la situación es más confortable que en aquel entonces, aunque aún nada esté verdaderamente decidido en cuanto a quien ganará el título”, agregó el piloto alemán.
Para Ferrari no fue una prueba difícil, ya que Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), ganador de la pole-position, y David Coulthard (McLaren-Mercedes) se vieron obligados a abandonar tras un intento fallido por parte del británico de superar al piloto colombiano en la 22ª vuelta.
Al permitir que la verdad reine en la pista, Rubens Barrichello pudo obtener el ansiado triunfo que le había sido negado en Austria. Sabia decisión que permitirá a la Scuderia y a Michael Schumacher recuperar el apoyo de los aficionados del deporte automovilístico por excelencia, luego de los silbidos en los circuito del A1 Ring, de Mónaco y de Canadá. Tal vez, esperando también que el próximo miércoles el Consejo Mundial se muestre más clemente con los protagonistas de la pantomima austríaca...