En 2010 fue la gloria. En 2011, en cambio, sólo le significan frustraciones a Marcos Patronelli, el icono argentino del Dakar, que vivió una primera etapa plena de amarguras. Se paró el cuatriciclo, se retrasó dos horas, terminó con una penalización de seis horas y, tras llegar noveno, quedó último en la categoría. “Fue un día para olvidar”, reconoció en Córdoba. Enojado por la sanción, anoche decidía si continuaba en la prueba.

El sábado mismo, en la largada en el Obelisco, había insistido en que su participación en el Dakar 2011 no era simplemente una cuestión de marketing, para cumplir con sus sponsors después de haberse roto los dos peronés y una clavícula en el accidente del 29 de noviembre pasado. “Los que dicen que largo para abandonar pronto no me conocen”, se defendió con pasión. Por eso impactaron las primeras noticias que hablaban de un retraso del ganador 2010.

A poco de salir del vivac en Victoria, en la madrugada de ayer, el cuatriciclo Yamaha Raptor Nº 250 comenzó a experimentar problemas eléctricos. “Se dijo que era una falla en el regulador del voltaje, pero ni yo sabía qué era. No lo podía hacer arrancar y le tuve que decir a (su hermano) Alejandro que siguiera, porque nos iban a penalizar a los dos. Cuando vi que el cuatri fallaba y no encontraba el problema, pensé: ‘Chau, me voy, no corro nada’. Al final no sé qué toqué y arrancó. Me puse las pilas y le metí para adelante. Llegué muy retrasado”, decía al arribar a la largada de la especial, en Alpa Corral en Córdoba.

“Me da bronca porque físicamente me siento espectacular, venía cuidando el físico y me decepcionó el cuatri. Espero que no se me pare en la especial”, se ilusionó. Tan retrasado estaba que tuvo que partir mezclado en el pelotón de los autos, cuando ya todos sus rivales iban camino de Santa Rosa de Calamuchita. Partió finalmente a las 13.30, cuando debió haberlo hecho a las 11. Pero allí no acabaron las penurias. Esas dos horas de retraso suponían la exclusión de la prueba; los comisarios deportivos decidieron, en cambio, penalizarlo con seis horas de retraso.

“Es muy feo sentirse afuera. No quiero hacer un pronóstico de mañana porque cuando digo que voy a cuidar el cuatri, me rompo yo; y cuando digo que me voy a cuidar yo, rompo el cuatri.” A Patronelli hasta la popularidad le jugó en contra: “Estuvimos con Alejandro 50 minutos para cargar nafta, había una cantidad de gente impresionante, pero eso juega contra los pilotos que tenemos que largar. Agradezco el fervor de la gente, pero cuando estás por largar una carrera y no podés tomar ni un vaso de agua, se hace complicado. En esos momentos necesitamos un poco más de privacidad”.

Con ese retraso, el mendocino Sebastián Halpern (Yamaha) fue el argentino mejor ubicado, con su tercer puesto, a 3m4s del vencedor, el eterno checo Josef Machacek, ganador de 2009. “Para ser el primer día todo estuvo muy bien”, afirmó el piloto cuyano, quien le quitó importancia al hecho de haber superado a los hermanos Patronelli. Para Halpern, “la lucha es contra uno mismo y con el Dakar”. Alejandro Patronelli quedó quinto, a 5m24s de Machacek y detrás del uruguayo Sergio Lafuente. “Venía medio perdido con el GPS, pero la etapa fue hermosa. Está todo bien y espero a Marcos para largar juntos mañana (por hoy)”, señaló el piloto de Las Flores.

Sin embargo, Patronelli no fue el piloto de mayor mala suerte entre los competidores de cuatriciclos. El polaco Rafal Sonik (Yamaha), uno de los candidatos a quedarse con la victoria, sufrió un vuelco y se lesionó una mano, reclamó asistencia y tuvo que ser auxiliado. Quedó fuera de combate.