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Por Gonzalo Espariz
Desde Nueva York

Paola Suárez conquistó junto a la española Virginia Ruano Pascual su tercer título consecutivo de dobles en el US Open, al derrotar 6-4, 7-5 en la final a las rusas Svetlana Kuznetsova y Elena Likhovtseva. La mejor pareja del mundo ganó así su séptimo título del Grand Slam: tres US Open, tres Roland Garros y un Abierto de Australia. En 2004 sólo se les escapó Wimbledon, donde cayeron en semifinales. Tanto en Melbourne como en París sus rivales fueron también las rusas, segundas del ranking.
“No le damos todavía el valor que tiene. Cuando empezamos otro Grand Slam no pensamos que vamos a ganar, en algún momento se tiene que acabar la racha”, aseguró Suárez. Mientras hablaba, Ruano Pascual miraba atentamente el trofeo con todos los nombres de las campeonas inscriptos y le susurraba a su compañera: “Mira, Martina (Navratilova) lo ganó nueve veces”.
Nada más ganar, la argentina y la española se fundieron en un abrazo y se dieron un beso. “Es increíble estar otra vez aquí, conservar el título y llevárnoslo a casa”, afirmó Ruano Pascual. “Al principio del torneo pensamos que teníamos seis partidos para ganar, y ya lo conseguimos”, agregó Suárez.
Con su permanente sonrisa en la cancha, ambas hicieron historia en Nueva York, porque nadie había conquistado tres títulos seguidos en dobles en el US Open desde que lo hicieran las estadounidenses Louise Brough y Margaret Osborne du Pont entre 1955 y 1957. Ni siquiera la gran Navratilova encadenó tres consecutivos.
El partido estuvo marcado por los errores de Kuznetsova, que menos de 24 horas antes se había alzado con el título de singles en el último Grand Slam de la temporada. La rusa aseguró sin embargo que el éxito del día anterior no la afectó: “No hubo fiesta, porque hoy (por ayer) tenía que jugar”. Sin embargo, las campeonas la notaron “distendida”. “Hay que entenderlo, es difícil para ella después de ganar su primer Grand Slam”, la disculpó la española.
Suárez y Ruano Pascual pudieron cerrar el partido mucho antes de la hora y 21 minutos que duró. En el primer parcial se adelantaron 5-1 pero las rusas remontaron hasta 5-4. En el segundo ganaban 5-3 y las rivales lograron empatar a cinco.
En ambos casos fue Suárez la que cedió su servicio. “Por ahí sí estuve un poco tensa, pero por suerte estuvo Vivi para arreglarlo”, reconoció la argentina. “Cuando vimos que se acercaban nos dijimos ‘¡hay que volver a arrancar!’”, agregó la española.
Al final, cerraron el torneo sin haber perdido ningún set. La pareja campeona se embolsó 400.000 dólares de manera conjunta por su título. Los ingresos de cada una de las jugadoras sólo por el dobles este año superan los 650.000 dólares.