FúTBOL › RACING MERECIA MEJOR SUERTE, RIVER LO DIO VUELTA
Son cosas del fútbol
Faltaban siete minutos y el equipo de Avellaneda parecía capaz de superar una vieja frustración. Pero en tres minutos el puntero del Apertura le dio vuelta el resultado y lo celebró como una hazaña. Lisandro López había abierto el marcador con un soberbio cabezazo, pero Lucho González lo empató con otro golazo y Sand marcó el tanto de la victoria.
Por Adrian De Benedictis
La historia se niega a ser diferente. Cuando parecía que Racing finalmente superaría el obstáculo de River, la frustración volvió a hacerse presente. Fueron tres minutos fatales para el equipo de Avellaneda, los que fueron del ’83 al ’86, que le depararon la segunda derrota consecutiva ante los máximos candidatos de este campeonato. Como la desazón trae acompañada la falta de control, el técnico Ubaldo Fillol, paradójicamente, aquel gran arquero que tuvo River, fue sindicado como uno de los principales responsables por sus propios hinchas. Así suelen ser marcadas las pautas por la desesperación de alcanzar el éxito, algo que Racing acostumbra a obtener con demasiados intervalos.
A pesar del resultado adverso, el conjunto local fue por momentos el que mejores intenciones tuvo para llevarse los tres puntos. Sin embargo, la falta de decisión le permitió a River revertir la situación. Y en eso tuvo que ver la determinación del entrenador de Racing, quien con el resultado a favor eligió reemplazar a Marinelli, el mediocampista más ofensivo que tenía el equipo, por Gustavo Arce, con características totalmente opuestas.
En ese tiempo fue cuando River apareció con mayor actitud, y entre los 38 y los 41 minutos del segundo tiempo consiguió el triunfo que le permite continuar como líder del Apertura. Sin claridad, y cuando Racing generaba más peligro por la vía del contraataque, Luis González sacó un derechazo desde afuera del área para ubicar la pelota en el ángulo superior derecho del arco de Lucchetti. Enseguida, el ingresado Sand aportó su cuota goleadora con un cabezazo en el segundo palo, luego de que Lucchetti no pudiera retener un tiro de Salas. Antes, a los 68 minutos, Lisandro López había conectado de cabeza un tiro libre ejecutado por Marinelli, para superar el esfuerzo de Costanzo.
Durante el primer tiempo, el desarrollo fue sumamente deslucido, debido a que la lucha y la marca prevalecían por sobre la técnica. Ambos equipos inquietaron con tiros desde lejos, a partir de que no podían acercarse con claridad a las áreas. Como River ofrecía ventajas en su última línea, el local buscaba desprenderse por los laterales. Entre esa medianía, Mascherano probó desde afuera del área y Lucchetti alcanzó a despejar con una mano. Por el lado de Racing, la chance más clara la tuvo Pinola, pero su cabezazo se fue por arriba del arco, luego de anticiparse a la salida de Costanzo.
Para colmo, el final de la primera parte fue una postal del fútbol argentino: como los hinchas de River no devolvieron la segunda pelota que cayó en ese sector, el árbitro Gabriel Favale detuvo el encuentro durante diez minutos. Cuando se reanudó, la leve supremacía que mantenía Racing había sido disipada.
El segundo tiempo se jugó a puro vértigo. River volvió con Patiño y Salas, con la intención de agregarle más peso ofensivo al equipo. De esa manera, el colombiano se ubicó sobre la derecha, y Luis González pasó a moverse por la otra franja. El visitante se adelantó en el campo, y Gastón Fernández le pegó de derecha, pero la pelota dio en el travesaño antes de salir afuera. Y más tarde el propio Fernández encontró bien parado a Lucchetti. Luego llegarían aquellos goles que le dieron sensaciones cambiantes al final. La victoria parcial de Racing parecía justa. La victoria final de River fue inesperada.