TENIS › LA COPA AT&T: UN DESARROLLO BRILLANTE Y UN FINAL ACORDE
Moyá puso el moño
El cuarto del mundo hizo sentir su jerarquía ante un Mago Coria que dio todo y lo complicóhasta donde pudo. El final: 6-3, 4-6 y 6-4.
Por Ariel Greco
La tercera edición de la Copa AT&T tuvo el cierre que se merecía. Tras una semana de tenis de primerísimo nivel, con partidos emocionantes y un excelente marco de público, la final no podía ser la excepción. Y, lógicamente, no lo fue. En un encuentro notable, el español Carlos Moyá cumplió con su favoritismo al vencer 6-3, 4-6, 6-4 a Guillermo Coria, se quedó con el duodécimo título de su carrera y se llevó 35 puntos para el ranking y un premio de 52 mil dólares. “Todos estos días no pudieron ser mejores para mí. Esta victoria me otorga mucha confianza”, remarcó Moyá, que de esta manera sigue invicto en Buenos Aires en 10 partidos, ya que en 1995 ganó aquí su primer torneo en el circuito y ahora repitió en la AT&T. Para Coria quedó el consuelo de una semana inolvidable en la que les ganó a cuatro compatriotas para acceder a la final.
En el arranque, Moyá pareció prolongar su partido del sábado ante Gustavo Kuerten. Con un saque demoledor, con devoluciones a las líneas y con variantes tanto con la derecha como con el revés, el español sacó rápidas ventajas con un quiebre, ante un Coria que a esa altura pensaba más en sus ampollados pies que en el juego. Tanto que admitió que por un momento se le cruzó por la cabeza abandonar. Sin embargo, el santafesino puso en la cancha todo su coraje para tratar de revertir la situación.
Pero por más que Coria lucía cada vez más metido en el partido, Moyá seguía sin darle opciones. El argentino logró con mucho esfuerzo recuperar el break en el séptimo juego, pero de inmediato Moyá le devolvió el favor y se encaminó directo a quedarse con el set. El panorama no cambió demasiado en el inicio del segundo. Coria seguía sin dar por perdido ningún punto pese a que el cuatro del mundo demostraba las razones de esa posición. Así Moyá se colocó 3-1 y parecía tener todo controlado.
Lo curioso es que a partir de allí, de manera inexplicable, el español dejó de hacer lo que le había dado negocio. Ya no pegó profundo, empezó a cometer errores no forzados y abusó de los drops. “Me despisté un poquito, quizá me relajé y perdí un par de pelotas tontas, y él subió de nivel. Pero, igualmente, en todo momento vi que tenía el partido a mi alcance, nunca estuve un break abajo”, admitió Moyá. Y en cuanto el español bajó un poco su nivel, Coria no tardó en recuperar la diferencia. Quebró dos veces y dejó todo abierto para el tercer set.
Claro que allí apareció otra vez la jerarquía del ex número uno. En los dos primeros saques de Coria casi lo quiebra y en el tercero no lo perdonó, con tres devoluciones a los flejes que hicieron imposible cualquier reacción. Allí se acabaron las ilusiones del argentino, ya que con la solvencia de Moyá para mantener su servicio le alcanzó para quedarse con el match. “Creo que mi experiencia y el estar cuarto en el ranking pesó a mi favor en los momentos importantes del partido”, comentó el mallorquín. Casi igual diagnóstico brindó Coria. “El jugó muy bien los puntos importantes. Perdí ante un enorme jugador, que tiene armas de sobra para complicar a cualquiera”, remarcó el venadense.
Así pasó la tercera edición de la Copa AT&T, la mejor de todas, aunque ni eso alcanzó para poder asegurar que el certamen siga. Con partidos inolvidables como Moyá-Horna, Kuerten-Saretta, Coria-Nalbandian o la final misma. Con record de público, ya que a lo largo de la semana pasaron más de 50 mil personas. Y con el beneplácito de todos los jugadores. “El torneo salió perfecto, no tengo ninguna queja y me encantaría volver el año que viene”, señaló Moyá. Ojalá así sea.