FúTBOL › DOS A CERO, CON CERTEROS CABEZAZOS DE PABLO ISLAS
Despertó Unión y Boca se durmió en los laureles
No siempre se gana cuando se juega mal. Boca redondeó otra producción discretita y perdió bien ante un rival que fue más firme defendiendo y más contundente atacando. El equipo mixturado de titulares y suplentes que plantó Carlos Bianchi no le encontró casi nunca la vuelta al juego, ni siquiera cuando entraron Delgado y Ezequiel González. Los dos goles llegaron en seguidilla en el segundo tiempo y pusieron justicia.
Primera derrota en la era Bianchi II, primera derrota en el campeonato, primer cachetazo en el orgullo de los agrandados boquenses, acostumbrados en este verano a ganar todo y a festejar por anticipado. Con sencillez, con mucho esfuerzo y con dos cabezazos, Unión tuvo el privilegio de ponerle freno a la escalada de Boca y celebró un triunfo que mereció. Los dos goles fueron obra de un ex jugador de Boca, Pablo Islas. Otro ex jugador boquense, Fernando Navas, fue el que sumó mayores méritos para erigirse en figura del partido. Bianchi, que puso un equipo muletto y que en el último cuarto de hora mandó a la cancha a Ezequiel González y a Delgado, no tuvo esta vez ni ayudas divinas, ni rebotes a favor, ni nada que le sacara el amargo gustito de la derrota.
¿Hizo mal el técnico de Boca en poner un equipo B? La pregunta surge casi inevitable porque el resultado no se dio. Si Boca hubiera cosechado otra victoria probablemente se estaría hablando ahora de la viveza del entrenador para alternar titulares y suplentes respaldando a todos por igual. Pero ocurre que Boca, además de no jugar bien (como ocurrió en muchos pasajes de sus partidos recientes con Nueva Chicago e Independiente Medellín) esta vez perdió y entonces, con la chapa puesta, surgen los cuestionamientos. Bianchi más que nadie sabe en qué condiciones físicas y anímicas están sus jugadores y si conviene o no que se los preserve, pero por sobre todas las cosas, Bianchi conoce mucho de cómo siente el hincha de Boca y a largo plazo pone más fichas en la Copa Libertadores que en el campeonato. Está obligado a luchar en los dos frentes, pero sabe que hay prioridades y se maneja en función de ellas.
El equipo muletto jugó de igual a igual con Unión en el primer tiempo. O más que eso, atacó con un poco más de profundidad y dispuso de las mejores situaciones en esa etapa inicial. Pero en el complemento, cuando su rival administró con más inteligencia y precisión la pelota, se fue deshilachando y casi no se acercó con prolijidad hasta Nereo Fernández.
El cuadro de Craviotto empezó a marcar la diferencia en el medio, con Priotti en la contención y Adrián González-Capria-Navas en el toque que deslucía la tarea de Villarreal-Pinto. Y concretó esa distancia futbolística en la red, con dos excelentes cabezazos de Pablo Islas. En el primero, el delantero de Unión le ganó a Burdisso y puso la pelota contra un poste; en el segundo saltó en absoluta soledad y eligió el palo ante la impotencia del arquero. En apenas tres minutos, Unión calentó el ambiente y en los minutos que siguieron se dedicó a florearse y justificar claramente su victoria. Recién en el último cuarto de hora Bianchi decidió los ingresos de Delgado y el Equi González, pero no alcanzó. Hubo un par de revolcones del arquero santafesino y algunas aproximaciones de riesgo hasta el área rival, pero el cero de Boca no se movió porque esta vez todos los vientos soplaban en contra.