EL TC 2000 ES DEL JUNINENSE
Ponce de León campeón, otra vez de la mano de Berta
Por Pablo Vignone
Si a alguien se le ocurre acusar a Gabriel Ponce de León de “poco carismático”, el juninense no tendría que inmutarse. A lo sumo podría mostrar su foja de servicios: esa apacibilidad poco mediática lo ha transformado en el primer piloto, desde Juan María Traverso, en ganar dos campeonatos de Turismo Competición 2000 para la escuadra de Oreste Berta, un logro aquilatado ayer en el autódromo Oscar Cabalén de Córdoba, la pista que, en la práctica, resulta ser una extensión, el patio trasero de la Fortaleza de Alta Gracia, donde el Mago proyecta y construye sus autos campeones desde hace más de tres décadas.
Es cierto que, después de Traverso, Berta jamás volvió a contratar a un piloto carismático. Pero ni el sanjuanino Henry Martin –campeón en 1997– ni el bonaerense Daniel Cingolani –monarca en el 2000– pudieron repetir el título. Ni lo pudo lograr siquiera Walter Hernández, consagrado cuando llegó al team cordobés –habiendo sido ya campeón de TC–, pero ahora rendido a la evidencia: su joven coequiper ganó dos títulos en los tres años en los que compartieron el equipo.
También es cierto que Hernández, gallardo vencedor en la carrera de ayer, no tuvo ni la mitad de la suerte que la que disfrutó Ponce. Consumó una primera mitad de torneo algo más regular que el juninense, cuando los Ford Focus no estaban en condiciones de pelear victorias, salvo en Trelew... donde ganó Ponce de León. En la segunda parte, cuando los coches mejoraron su rendimiento, el juninense volvió a ganar, en Resistencia, sin dejar de sumar puntos cuando no podía vencer, mientras su más directo rival, el campeón Norberto Fontana, se venía a pique luego de un comienzo arrollador.
Esa fortuna –que no le quita mérito a lo hecho por el campeón, un piloto rápido, áspero para pelear posiciones cuando es preciso, muy astuto para leer las carreras– volvió a cantar presente en el Cabalén. Su Focus caminó sin interrupciones, pero el Toyota de Fontana sufrió con la presión de nafta cuando estaba a punto de largar (y lo hizo tres vueltas después, despidiéndose del título), y el Honda de Juan Manuel Silva –el chaqueño era el otro candidato– pinchó una cubierta en la serie, lo que lo obligó a largar muy retrasado la carrera... en la que pinchó otros dos neumáticos.
Parecía que con el triunfo de Hernández, y el tercer lugar de Ponce de León, sandwicheando al Chevrolet Astra de Marcelo Bugliotti, habría que esperar hasta Mar del Plata para la definición. Pero un perdido inciso del reglamento del campeonato indicó que, con esas posiciones, Ponce de León era campeón. Poco consuelo para el piloto que, acaso, está corriendo sus últimas carreras para el Berta Ford, y que recién ayer pudo lograr un triunfo con el Focus.
Es el tercer título argentino de Ponce de León (campeón de Fórmula Renault en 1998), y seguramente no será el último. A los 24 años, con ese talento, no se podría esperar otra cosa.