LOS PIBES DE RIVER IGUALARON CON TALLERES EN EL MONUMENTAL
Empate que levanta el espíritu
Manuel Pellegrini sigue sacando cuentas para ver cómo forma el equipo que jugará la final de la Sudamericana, pero mientras tanto los pibes que puso en Primera para completar el Apertura lograron un empate, el primer punto después de tres derrotas consecutivas ante Boca, Chacarita y Lanús. Ameli, la figura, consiguió la igualdad con un bombazo.
POR MIGUEL HEIN
Había poco en juego. River llegaba a su último partido como local del Apertura pensando en la primera final con el Cienciano peruano por la Copa Sudamericana, el miércoles como local, con un plantel diezmado por lesiones, suspensiones y convocatorias al Sub-20. Enfrente estaba Talleres, necesitado, con un promedio flaco que por ahora lo coloca junto a Rafaela en la zona de descenso directo. Y lo que se vio en un Monumental con tribunas raleadas no escapó de estas expectativas previas.
El River mix (donde los experimentados Ameli, Pereyra, Barrado y Domínguez se mezclaron con una mayoría de integrantes de la elogiada Vitroleta de Jorge Ghiso) arrancó prolijo. Los cuatro del fondo lucieron sencillos y expeditivos, buscando evitar complicaciones. En el medio, Pereyra ordenando los relevos y Barrado, Lima y Conca moviéndose a todo lo ancho del campo, alimentando a Almerares y a Domínguez. El primero, bien metido entre los centrales. El Chori, arrancando de más atrás.
Talleres opuso un planteo con tres atrás, cuatro en el medio, De Bruno como enganche, con Piriz Alves y Osorio peleando arriba. La idea pareció resumirse a concentrarse en el campo propio y sacar el pelotazo para que los de arriba intentaran algo.
En los primeros quince minutos, los pibes de River mostraron a pleno su técnica. Así llegó la primera jugada de riesgo cuando el hábil Lima habilitó en profundidad a Almerares, que solo ante Gutiérrez perdió la más clara de los millonarios en diez minutos de dominio.
Inesperadamente, un pelotazo frontal de Talleres no pudo ser rechazado por los hombres de River, Osorio encontró el rebote y definió solo a la derecha de Lux. Iban 17 minutos.
Tras el gol, vino la jugada que profundizó los planteos previos. River sacó del medio y en un encontronazo entre Maidana y Domínguez, el hombre de Talleres es expulsado por supuesto codazo al jugador local. Los cordobeses se agruparon en su campo, sumando marcas, sin dejar de correr. Arriba quedó Piriz Alves intentando la heroica.
Los segundos cuarenta y cinco minutos no cambiaron mucho. River adelantó a los laterales Nasuti y Miranda. Progresaba en ataque, pero no podía entrarle a Talleres, y a medida que los chicos se fueron quedando sin piernas, cayeron más fácil en el embudo que proponían los de Pastoriza, ya definitivamente dedicados a aguantar.
El dominio de los pibes no daba frutos. Hasta que a los 27 minutos, y como consecuencia de una buena jugada colectiva, la pelota le quedó a Ameli y éste sacó un derechazo rasante que se coló en el palo derecho del sorprendido Gutiérrez. Cinco minutos antes, el mismo Ameli había habilitado a Almerares, que se apuró y cayó en offside. De ahí hasta el final, River inclinó la cancha en busca del triunfo, mientras Talleres sólo se defendía.
Los de Pastoriza se llevaron un punto. Tal vez fue lo que vinieron a buscar. River cumplió un trámite. Esta vez recurriendo al potencial de muchos juveniles, todos distinguidos por su buena técnica, pero todavía un poco verdes para Primera.