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El Gimnasia de Ramacciotti logró ayer en el Bosque un objetivo que le sirvió a medias con la goleada 3-0 sobre el muy comprometido Argentinos Juniors, porque el triunfo de River prácticamente se devoró su chance de alcanzar el título del Clausura. La contundencia habitual de Sava y los dos tantos del talentoso Messera sirvieron para la victoria abultada, para consolidarse como escolta ante las caídas de Racing y Boca y para avanzar hacia la participación en la Copa Libertadores del año próximo. Sin embargo, Gimnasia no se rinde y sueña todavía con este esquivo Clausura.
El partido se planteó con objetivos muy diferentes. El local quiso desde un principio atacar y ganar para mantenerse en la lucha de arriba. Lo de Argentinos fue más modesto y su esquema, muy cauteloso, porque la intención primaria era evitar la zona de descenso directo. Gimnasia ocupó mejor el terreno ajeno, ya que mostró inteligencia, movilidad y desmarque. Argentinos puso dos líneas de cuatro cerca de su área y metió presión en esa zona con el propósito de cerrar los caminos a Burela. Gimnasia, en el primer período, llegó en forma aislada y tuvo sólo tres claras. Hubo un par de remates de Enría que Burela atrapó y la otra fue el gol de Sava, quien entró por el medio para aprovechar el pase de Enría y resolver -como siempre– con decisión y potencia.
El partido cambió un poco en el segundo tiempo, cuando Argentinos se decidió a asumir algunos riesgos. Pérez Castro, Liendo y Cordone probaron desde media distancia sin puntería. Con el segundo gol, el primero de Messera, el cotejo quedó definido. Fue un centro de Sanguinetti que, tras rebotar en un defensor, permitió el remate bajo de Messera desde una posición frontal y propicia. Y enseguida llegó el tercero: Messera peleó la pelota con Cristian García y Pena, pasó entre los dos y se cayó, pero igual alcanzó a superar la salida del arquero. Argentinos, con el 3-0, bajó los brazos.
Cuando la victoria de Gimnasia quedó consumada, el público permaneció en las tribunas aguardando una ventaja de Racing, pero de lo que se enteró fue del agónico gol de Cuevas.