EL AÑO DE LOS PUMAS: QUE SEMANA INOLVIDABLE
De Marsella a Cardiff, un lujo
Por Diego Bonadeo
Cuarenta años atrás, en 1964, comenzó a desvanecerse lo que varias generaciones vivieron como “rugby en pijama”, lo que internacionalmente significaba competir en serio solamente con seleccionados nacionales del continente, en especial a partir del primer certamen sudamericano que se jugó en 1958 en Chile.
Es que aquel mojón de cuatro décadas atrás hizo coincidir las eliminatorias del Campeonato Argentino en Salta y Tucumán y el Sudamericano de San Pablo, para lo cual se eligieron dos planteles. La síntesis de esos dos combinados hizo posible la exitosísima gira a Rhodesia y Africa del Sur en 1965 y la aparición de Los Pumas como tales.
De a poco, el rugby argentino fue ganándose un lugar en el mapa de los grandes, a partir de enfrentamientos internacionales periódicos con franceses, británicos, australianos, neocelandeses y sudafricanos. Todo sin descuidar la enorme difusión que tuvo el rugby en el interior y la evolución del juego a nivel de clubes.
Se jugó como local y como visitante contra todos los grandes y Los Pumas participaron en todas las ruedas finales de los cinco campeonatos del mundo realizados hasta ahora. Cuarenta años después el balance no puede ser mejor. Podrá discutirse que el 2004 haya sido o no de las mejores temporadas, pero la culminación del año –obviando el test-match con Sudáfrica en Vélez, protagonizado por un equipo argentino con mayoría de ausencias significativas– en la recordada semana que fue de Marsella a Cardiff jugándoles de igual a igual y ganándole 24-14 a Francia, el 20 de noviembre, y perdiendo 21-19 con Irlanda, el 27, se agregará y, por cierto, no como una más, a otras muchas entrañables semanas que los jugadores del rugby argentino nos entregaron a todos y se regalaron a ellos mismos.