No fue lo mismo para David Nalbandian jugar contra el 9º del mundo afectado por una lesión, como hizo el sábado con Juan Martín del Potro, y vencerlo, que enfrentarse al número 2 del mundo que, además, jugaba ante su público. Con un tenis de alto vuelo técnico y efectivo, Federer derrotó en dos sets al cordobés, 6-3, 6-4, en una hora y 9 minutos y conquistó por tercera vez consecutiva el Abierto de Basilea. Para el suizo fue el 57º título ATP y amplió las ventajas sobre el cordobés al que ahora se impone 10-8 en el historial.

Pese a la derrota, Nalbandian sumó puntos importantes para sostenerse en el octavo lugar del ranking y será el último argentino en debutar en el Masters de París-Bercy, por haber jugado la final de Basilea. El cordobés no saldrá a la cancha antes del miércoles frente al ganador del duelo entre el croata Ivo Karlovic y el alemán Nicolas Kiefer. De ganar Nalbandian y Del Potro sus respectivos encuentros de segunda ronda en París, los dos mejores tenistas argentinos jugarán su tercer partido en tres semanas, esta vez por un eventual lugar en octavos de final.

Con la victoria sobre Nalbandian, el suizo sumó el cuarto título de la temporada 2008 en la que perdió el cetro de mejor jugador del mundo, ya que anteriormente había ganado los certámenes de Estoril (Portugal), Halle (Alemania) y el US Open, el único Grand Slam que se adjudicó este año.

Pese a la caída, Nalbandian jugó un muy buen partido, pero no le alcanzó para doblegar al mecanismo de relojería que fue Federer ayer en la cancha. Desplegó talento, disciplina, velocidad, potencia, variedad de golpes y un saque muy certero. El partido fue de gran nivel, equilibrado más allá del marcador final, pero Federer aprovechó muy bien los break points (8), mientras que el argentino no dispuso de ninguno, y también tuvo más tiros ganadores (22 a 11).

El primer set fue una exhibición de los dos jugadores que desplegaron todo el repertorio de jugadas del alto nivel. Federer logró quebrar el servicio del argentino en el sexto game y luego le bastó con conservar el suyo para llevárselo en tan sólo 36 minutos. La diferencia estuvo sin dudas en que mientras Federer ganaba sus juegos con facilidad, a Nalbandian le costaba mucho y tenía que hacer un gran esfuerzo para ganar los puntos.

En el segundo parcial, Federer volvió a romper rápidamente el servicio del cordobés en el tercer juego. Hasta allí llegó la resistencia de Nalbandian, quien intentó con variedad de golpes de revés y de derecha de torcer la historia, pero chocó contra la paciencia del suizo, que buscó ganar puntos con su servicio. La definición llegó con la eficacia de su servicio, mientras Nalbandian se mostraba impotente y debía rendirse.