Promete ser el partido del año, al punto de que buena parte del planeta está pendiente. Barcelona y Real Madrid se medirán hoy en el Camp Nou, en un clásico que amenaza con dejar huella. La dicotomía de pensamiento futbolístico entre Josep Guardiola y José Mourinho, las figuras de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, y la posición que ocupan ambos equipos en la Liga española, son los factores que presagian un encuentro de alto vuelo, que será captado por 32 cámaras de televisión y será transmitido a 28 países a partir de las 17, con una audiencia estimada en 400 millones de espectadores. Del lado del local, Messi irá como titular y Javier Mascherano estará en el banco, mientras que Gonzalo Higuaín y Angel Di María estarán desde el arranque en el elenco visitante. Los dos equipos llegan en alza. Real Madrid acumula siete partidos ganados de manera consecutiva y Barcelona lleva seis, una racha que incluye una goleada de 8-0, obtenida contra Almería la semana pasada. Si alguien deseara comprar a los 22 titulares del derby, debería gastar 5300 millones de dólares para pagar las cláusulas de rescisión. La decisión de que el encuentro se juegue hoy fue tomada con el objetivo de que no coincida con las elecciones catalanas que se realizaron ayer. El clásico también significará un choque de estilos antagónicos. De un lado estarán el toque y el juego ofensivo de Barcelona, con el que Guardiola se mantiene invicto frente a Real Madrid. En la vereda de enfrente, Mourinho dirigirá su primer clásico, con la priorización del resultado como estandarte. Su equipo llega como líder invicto, con 32 puntos, seguido de cerca por Barcelona, que acumula 31. Messi, que lleva 13 goles en el torneo, buscará convertirle por primera vez a un equipo de Mourinho, a quien enfrentó en cuatro oportunidades.