EN RACING HAY MUCHOS MOTIVOS PARA FESTEJAR
Se largó la fiesta
Líder con puntaje ideal, Racing también se copa en la Copa mientras el Rojo agoniza... Le ganó a Talleres con poco. Pero festejó a lo grande.
Por Ariel Greco
Si alguien pasaba por Avellaneda a las seis y media de la tarde y le decían que esa gente festejaba un triunfo ante Talleres por la tercera fecha del campeonato, seguro que esa persona no lo creía. Es que los hinchas de Racing, más allá del triunfo ante Talleres, armaron su fiesta, sin importarles demasiado lo que mostraba el equipo en la cancha. Más de 30 mil fanáticos celebraban de manera alocada una victoria sufrida pero justa, el golazo de Rueda por encima de la cabeza de Marcos Gutiérrez, la punta del torneo, las penurias de Independiente último y goleado, la aparición del pibe Torres, el arco invicto en tres fechas, la expulsión de Luis Islas, la baja del dólar, la destrucción de los misiles en Irak y hasta el estirón que pegó Ardiles en el último mes, ya que desde que el equipo gana creció 15 centímetros y habla en un clarísimo castellano...
“La plata se acabó/ la plata se acabó/ y ahora Independiente/ se va a la promoción...”, cantaban los hinchas con el ritmo de Azúcar Moreno desde antes del partido. Y la emoción ni siquiera bajó cuando Talleres adormeció el ritmo del juego desde el arranque, con dos líneas de cuatro y Claudio González solo arriba para complicar a todos. No importaba que Rueda y Milito no se conectaran, que Sixto Peralta amagaba con tener un buen partido pero se lesionó muy rápido, que Mariano González estaba ausente y que cuando se encontró con un penal, Milito se la entregó en las manos a Gutiérrez. Racing tenía que festejar y eso era suficiente.
En el segundo tiempo, el conjunto de Ardiles le puso más pimienta desde el inicio. Sin demasiadas ideas, pero con mucha actitud, Racing arrinconó a Talleres, que se refugió muy cerca de su arquero. Y, con ese panorama, no resultó extraño que el local se pusiera en ventaja, en una jugada modelo de lo que era el partido hasta ese momento. Vitali se llevó un rebote afortunado y llegó hasta el fondo. Allí tiró el centro atrás para Rueda que no le pegó del todo bien, pero Milito desvió el remate para descolocar a Gutiérrez. Con el 1-0 ya no hubo forma de parar la fiesta.
Con la ventaja, Racing se atrasó en el terreno, pero no supo aprovechar los espacios para liquidarlo de contra. En cambio, los cordobeses modificaron su actitud especulativa y se animaron a acompañar un poco más a González. Por eso Racing tuvo que sufrir, incluso con un cabezazo en el palo, hasta que Rueda marcó su golazo de vaselina tras una buena pared entre Mirosevic y Milito. Allí se terminó de desatar el carnaval.