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Lunes, 26 de mayo de 2003

MIENTRAS SPURS Y MAVERICKS PELEAN AUN EN SU ZONA

Los Nets liderados por Jason Kidd esperan serenos al rival del Oeste

Al arrasar a los Pistons de Detroit por 4-0, el equipo de Nueva Jersey llega entero, cómodo y por segunda temporada consecutiva a la final de la NBA. Derrotados en el 2002 por Los Angeles Lakers, van en busca de la revancha.

Mientras nuestro Emanuel Ginóbili y los Spurs de San Antonio jugaban anoche su cuarto partido ante los Mavericks de Dallas en una final de la Conferencia Oeste que se presenta todavía llena de enigmas, en el otro lado del mapa basquetbolístico de la NBA, el talentoso Jason Kidd y los New Jersey Nets ya están en la final por segundo año consecutivo, pero esta vez con más experiencia en este tipo de lides y 10 días de descanso para recuperarse de sus dolencias.
Los Nets, de la mano de su invaluable armador, barrieron con escoba y trapo a los Detroit Pistons –en sólo cuatro partidos–, para ganar por segunda temporada la Conferencia Este, luego de que la noche del sábado ganaran el cuarto choque con cómoda ventaja de 102-82. Luego de ganar su décimo partido de playoffs seguido, los Nets comienzan a prepararse para visitar el 4 de junio a San Antonio Spurs o Dallas Mavericks, quienes se disputan el título del Oeste.
Kidd acumuló en ese encuentro final 26 puntos, 12 rebotes y siete asistencias en 39 minutos sobre la cancha, que no fueron más debido a que, en los finales de ese último partido, el astro de los Nets sufrió una torcedura de tobillo mientras luchaba un rebote contra el centro de los Pistons, Ben Wallace. “Me torcí el tobillo cuando caí sobre el pie de Ben. Me dolió enseguida, pero respiré hondo y seguí jugando hasta que no pude aguantar más. Sólo necesitaba estos días de descanso para recuperarme”, manifestó Kidd.
Empero, Kidd siguió alentando desde la banca al equipo, con compresas de hielo en el tobillo, pero dando indicaciones a su suplente, Avery Johnson. El base de los Nets no perdió ni un momento su enfoque, consciente de su responsabilidad al frente de equipo que, sin su liderazgo, podría perderse en la mediocridad de las individualidades.
“Habíamos estado antes aquí (en la final NBA) y lo disfrutamos mucho, pero este año tenemos un trabajo que hacer: llevar a casa el gran trofeo”, expresó Kidd. “El año anterior perdimos contra el dos veces campeón (Los Angeles Lakers), así que sacamos experiencia de ese revés y ahora sabemos lo que nos espera por delante”, añadió el líder de goleo de los Nets.
Después de ganar un par de partidos muy apretados en Detroit (76-74 y 88-86), los Nets regresaron a casa de la Continental Airlines Arena, donde se impusieron en el tercer match de forma más cómoda (97-85), con Kidd anotando 34 puntos y 12 rebotes.
En total, el conductor de los Nets aportó 95 de los 361 puntos que anotó su equipo, capturó 40 rebotes –seis más que cualquiera de los hombres altos del plantel– y realizó 25 asistencias.

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Jason Kidd, genio y figura: lider de los Nets.
 
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