La presencia de Mauricio Serna no pasó inadvertida en la Bombonera. Desde las tribunas, los hinchas le prepararon cuatro banderas, tanto en los palcos como en la popular de la Doce. “Antes que jugador sos un gran hombre y padre de familia. No pierdas tu honestidad ni tu humildad”, decía la más grande, ubicada frente al arco del Riachuelo. Ni bien salió al campo, el grito de aliento bajó espontáneo: “Olé, olé, Chicho, Chicho...”, lo que provocó que Serna se acercara especialmente a una de las cabeceras para agradecer el cariño a los hinchas. Luego saludó uno a uno a todos su ex compañeros y por último se estrechó en un abrazo con Carlos Bianchi. Ya durante el partido, el volante colombiano también tuvo gestos de amabilidad con su ex club. Cuando Calvo tiró la pelota afuera para que atendieran a un jugador lesionado, Serna fue el encargado de devolver la gentileza. Ya en el final, mientras los futbolistas cordobeses saludaban a su gente, Chicho se fue solo y recibió otro aplauso de los simpatizantes boquenses. Para cerrar una tarde políticamente correcta, en los vestuarios dijo: “Perdimos con el mejor equipo del país y, tal vez, del mundo”.