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Lunes, 30 de agosto de 2004

FúTBOL › DIEGO LE ENTREGO UNA PLAQUETA A CARLITOS

Maradona y Tevez animaron la fiesta en la Bombonera

Por J. J. P.

La fiesta empezó temprano en la Bombonera, cuando entró a la cancha Maradona para entregarle una plaqueta a Carlos Tevez como reconocimiento por la medalla dorada obtenida en Atenas. Los organizadores del acontecimiento, que seguramente tenían toda la intención de que el goleador de la Selección Nacional recibiera el cariño de la gente, fallaron al calcular la dimensión de la idolatría de Maradona y decidieron que ambos entraran simultáneamente y se fueran juntos del campo de juego. Conclusión: no hubo ni cantos ni aplausos exclusivos para el pibe; todo fue para Maradona, de punta a punta.
Vestido con una remera azul que bien podría ser del padre, el Diego corrió un par de metros para abrazarse a Tevez, que entró a la cancha con una camisola blanca y un gorrito de bañista de principio del siglo XX en la cabeza. Abrazo, piquito y besos provocaron el estallido del público presente en la Bombonera. Después, y mientras Diego entregaba la plaqueta recordatoria y los fotógrafos los hacían girar para registrar el momento, empezaron a caer los cantos desde la segunda bandeja del arco de Casa Amarilla. El hit fue éste:
“Oh... oh... oh... oh... hay que alentar a Maradoó
oh... oh... oh... hay que alentar a Maradona
hay que alentar hasta la muerte
porque yo al Diego lo quiero
porque yo soy un bostero y lo llevo en el corazón
y no me importa lo que digan esos putos periodistas
la puta que los parió”.
El cantito, con música de aquella canción que cantaba Rafaella Carrá, la de “explota explota mi corazón”, viene de la época en la que Maradona se peleaba con Neustadt, reactualizada ahora como crítica a las opiniones contrarias al deseo de Maradona de viajar a Cuba. “Para Maradona / la libertad” fue el otro cantito que se escuchó en toda la cancha, coreado desde los cuatro costados. Terminada la ceremonia, Maradona se fue a ver el partido a su palco personal y desde ahí agradeció aplaudiendo las veces en que los hinchas volvieron a recordar su presencia al grito de “Diego... Diego...”.
Tevez seguramente no se debe haber preocupado demasiado por eso de que Maradona, de manera involuntaria, le robara el protagonismo del acto. Después de todo, para él no había premio mayor que el abrazo de Diego. Poco antes le habían contado que el PSV de Holanda ofreció 13 millones de euros por la mitad de su pase, la misma cifra que ofrecía Bayern Munich pero por el pase completo. Carlitos, como siempre, respondió con una sonrisa.

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