OPINION
Olimpismo y aritmética
Bonadeo Diego
Por Diego Bonadeo
A la vista de los festejos anticipados, emitidos apenas se supo del resultado de la votación del centenar de gerontes del Comité Olímpico Internacional (COI), y en los que Londres celebró la elección para ser escenario de los Juegos Olímpicos de 2012 –un día antes de los cruentos atentados–, vaya uno a saber qué habrán hecho con material similar París, Madrid, Nueva York y Moscú.
Aunque el ex falangista español Juan Antonio Samaranch ya no esté en la presidencia del COI, no parecen del todo transparentes las metodologías que llevaron a la capital inglesa al primer lugar, independientemente de que en los días previos, vaya uno a saber por cuántas razones, se decía que la candidata era París. Basta un somero vistazo a las cuatro votaciones, en las que se fue eliminando a cada una de las cinco capitales –cuatro de ellas del G-8, y lo del G-8 es cualquier cosa menos una casualidad– para comprobar que tambien la aritmética puede ser caprichosa e incomprensible y aun una ciencia inexacta. Veamos:
En la primera elección hubo noventa y siete (97) votos positivos de los integrantes del Comité Olímpico Internacional, de los cuales 22 fueron para Londres, 21 para París, 20 para Madrid, 19 para Nueva York y 15 para Moscú, la primera capital del G-8 olímpico eliminada. En la segunda ya hubo cien (100) votos y aquí Madrid logró 32, Londres 27, París 25 y Nueva York 16, por lo que quedó fuera. En la tercera, Londres “consiguió” 39 votos, París 33 y Madrid 31, con lo que los españoles quedaron sin chances. En la elección final se sumó un “comitente” más y los 104 votos se repartieron entre Londres (54) y París (50).
Quedan suspicacias más que preguntas. No se entiende por qué en ninguna de las cuatro votaciones hubo coincidencia en la cantidad de sufragios (97, 100, 103 y 104) positivos. Tampoco se sabe adónde fue a parar, y por qué, por lo menos uno de los 32 votos que tuvo Madrid cuando en la segunda vuelta ganó la suma parcial, si en la tercera elección quedó eliminada con 31; en menor medida, tampoco parece racional que si Nueva York alcanzó 19 votos en la primera vuelta haya perdido tres para ser eliminada con 16 en la siguiente, con una ciudad menos para competir y con tres sufragantes más. Aunque los números de la aritmética no den, la corporación olímpica mundial tuvo su elección y seguramente otras serán las aritméticas y engrosadas algunas cuentas bancarias.