FúTBOL › TIEMPOS DE VUELTA OLIMPICA EN MICROS DESCAPOTABLES
› Por Facundo Martínez
Todo nuevo, todo lindo, todo europeo. Boca no festejó su título con la clásica vuelta olímpica. Lo hizo con un paseo en micro descapotable, muchas banderas y mucha champaña, como lo hacen los campeones del Viejo Continente. El recorrido por las calles del sur porteño, que incluyó una parada obligada en el Obelisco, donde miles de hinchas esperaban a los campeones con su aliento y sus banderas, culminó en la Bombonera. Allí esperaban otros miles de hinchas, y la Doce, quienes después de la victoria fueron llenando las tribunas del arco que da a Casa Amarilla, a la espera de los campeones.
El fútbol cambia constantemente. Y, como toda transformación, no puede concebirse sin sacrificios. Los jugadores de Boca y sus hinchas fueron ayer víctimas y protagonistas de uno de esos procesos. Vencieron a Independiente por 2-0 en la Doble Visera de Avellaneda, obtuvieron el título del Clausura ’06, el bicampeonato, pero se quedaron con ganas de dar la vuelta olímpica. Algo impensado tiempo atrás, cuando los campeones no eran tales sin su correspondiente vuelta.
Los expertos en seguridad del Coprosede no aconsejaban la osadía de una vuelta como visitante, que despertara la ira de los hinchas locales, y Boca aceptó sin más, apoyando la idea de que la fiesta deportiva no devenga en violencia. Aunque los jugadores se dieron el gusto de saludar a sus hinchas y gritar un poco trepados al travesaño del arco que da a la tribuna visitante. Eso hizo el plantel apenas el árbitro Daniel Giménez finalizó el partido que, dicho sea de paso, parecía haber terminado después del gol de Palermo, en el arranque del complementario.
Pero esa discreción de los jugadores no les alcanzó a los simpatizantes locales que, cuando los jugadores boquenses se dirigían rumbo a la manga del túnel, rodeados por decenas de policías y fotógrafos, entendieron que se trataba de una vuelta encubierta y comenzaron a arrojar desde las plateas todo tipo de objetos en señal de reprobación.
Los hinchas de Boca dejaron el estadio de Independiente con la promesa de que habría vuelta olímpica en la Bombonera. Pero las versiones sobre cómo seguía el festejo cambiaban dos por tres. Finalmente, se habló del paseo del plantel en un micro descapotable, con escalas en el Obelisco y en la Bombonera. Y eso fue lo que pasó. Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y algún que otro colado de ocasión, saludaron desde la terraza del micro a los hinchas que iban cruzándose en el recorrido.
Ya en la Bombonera, los jugadores compartieron unos minutos con su hinchada. Cantaron y bailaron al ritmo del gran coro, se tomaron de las manos e hicieron el avioncito, una marca que Boca registró en la victoriosa era Bianchi. La fiesta, la verdadera fiesta del campeón, se prometió, será el próximo domingo frente a Olimpo.
Boca fue campeón ayer, pero no dio la vuelta ante Independiente y quizá ningún otro equipo vuelva a dar una vuelta olímpica como visitante. De la mano de la violencia, y de los dirigentes y funcionarios que no encuentran mejores respuestas, el fútbol cambió.
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