Faltaban apenas ocho minutos para el final del partido de Boca ante Olimpo, y su cara empezó a irradiar una mezcla de felicidad y satisfacción indisimulable. No era para menos. “Y dale Coco, dale, dale Coco”, fue el cantito elegido por los simpatizantes de Boca para homenajear al entrenador, Alfio Basile, quien con su trabajo colaboró para llevar al equipo a lo más alto en todos los certámenes que disputó desde su llegada al club. Y enseguida en la Bombonera retumbó el grito: “Vení, vení, cantá conmigo, que algún amigo vas a encontrar, que de la mano, de Alfio Basile, todos la vuelta vamos a dar”.

“Estoy muy feliz, agradecido. Es la primera vez que corean mi nombre. Además fue espontáneo. Escuchar esto, de golpe, es algo que no lo esperaba y me pone muy contento”, comentó Basile con evidente alegría ante la consulta de los periodistas al final del encuentro.

Mucho tuvo que remar el ex entrenador de la Selección para modificar su imagen ante los hinchas. Desde su llegada a Boca, Basile había tenido que soportar que los simpatizantes lo asediaran con su mirada, mezcla de desconfianza-indiferencia injustificada. La relación jamás había sido fluida e incluso, en el inicio de su ciclo, el propio Diego Maradona salió a respaldarlo luego de una derrota 3-2 ante San Lorenzo, en el Bajo Flores. Pero la relación se tensó al máximo en aquella recordada derrota 4-1 ante Arsenal, en Sarandí, cuando algunos hinchas le arrojaron varios cubitos, en obvia alusión a su supuesta preferencia por el whisky. Sin embargo, Basile resistió, aguantó, infló el pecho y siguió adelante con su trabajo de hormiga.

Su campaña al frente de Boca, hasta el momento, es realmente espectacular: en total –contabilizando Apertura, Recopa y Sudamericana 2005, Clausura 2006 y partidos amistosos– dirigió al equipo en 59 partidos, de los cuales ganó 34, empató 15 y sólo perdió 10, con 159 goles a favor y 56 en contra. Incluso, en este Clausura, con un coeficiente de 75,43 por ciento, mejoró el porcentaje de puntos obtenidos con respecto al Apertura, cuando su equipo alcanzó el 70,17 por ciento de puntos en juego.

“Para mí, esta muestra de cariño es un orgullo, ahora hay que pensar en lo que se viene, porque Boca es Sportivo Ganar Siempre, no debemos relajarnos”, finalizó el técnico mientras se retiraba de la Bombonera satisfecho, borracho de alegría.