Luis Barrionuevo se gana la vida optimizando sus inversiones, y hace mucho que ya no le bastan los seguros, rubro donde comparte cartel con Julio Comparada, el presidente de Independiente. Sus primeros palotes en el fútbol los hizo en tándem con Carlos Menem, cuando allá por 1998 adquirieron en sociedad los pases de José Garay, Miguel Prado y Daniel Fernández, tres jugadores del Ascenso que pasaron por Chacarita. También aportó el dinero necesario para que, en su apogeo como presidente del club, regresara del fútbol belga el volante Edgardo Parisi. Es curioso, pero Bélgica, varios años después, será el destino de dos integrantes del plantel actual: Figueroa y Colman, el enganche y el volante derecho del primer equipo que dirige Héctor Rivoira. Los pases de ambos le pertenecen en un 50 por ciento al gremialista. Aunque ninguno de los papeles que se guardan en la institución lo corrobora, sus dirigentes temen que Barrionuevo, enterado de las ventas de estos jugadores, reclame su parte. Si lo hace, infieren, será basándose en un contrato privado que ni siquiera él habría firmado sino alguno de sus habituales testaferros. Uno de ellos, abogado de profesión, llamó a un directivo reclamándole el 50 por ciento restante del pase de Figueroa, a cambio de olvidar una presunta deuda contraída con su mandante. Lindezas por el estilo ha dejado Barrionuevo a sus espaldas en plena retirada. Javier Pinola, quien ahora juega en el fútbol alemán, se alejó del club con el pase en su poder. Facundo Parra, el centrodelantero del equipo actual, le pertenece en un porcentaje importante a Claudio Marangoni, el ex volante que tendría algunos proyectos comerciales en común con el gastronómico. Y Gustavo Mignini, uno de los jugadores de más experiencia en Chacarita, también le pertenece a Barrionuevo.