1 GULA. Se comió siete goles y sólo atajó un cabezazo de Silvestre entre las pelotas que llegaron a su arco, aunque para ser justos habría que remarcar que sólo tuvo responsabilidad directa en dos goles o a lo sumo tres.

2 SOBERBIA. Había hecho declaraciones durante la semana recordando que en algún lugar del inconsciente a los jugadores de Boca les pesa la paternidad histórica de San Lorenzo. ¿Inconssiete dijo?

3 ENVIDIA. Un pecado bastante entendible habiendo tanto arquero zapato por ahí que lo revientan a pelotazos y no le hacen más que uno o dos goles.

4 PEREZA. No puso demasiado entusiasmo para tirarse en el remate de Cardozo porque estaba medio cantado que la pelota iba a ir contra su palo derecho.

5 IRA. Se calentó al final del partido contra Palermo, que además de hacerle tres goles le recordó que conviene no hablar de más durante la semana.

(No incurrió en lujuria ni avaricia; por el contrario, bastante generoso fue con los boquenses.)