Claudio Morresi terminará su propio ciclo olímpico el 13 de julio. Ese día cumplirá cuatro años de gestión, que casi coinciden con el período que media entre Atenas 2004 y Beijing 2008. El secretario de Deporte de la Nación, pese a su perfil bajo, suele tener noticias para dar una mirada analítica sobre los temas que lo ocupan. Esta vez se trata de lo que proyecta un extenso balance. Por eso, en vísperas de los Juegos que comenzarán el 8 de agosto, explica cómo llegará Argentina a la máxima competencia del mundo deportivo.

–¿Qué síntesis puede hacer de sus cuatro años de gestión, que concuerdan con el período entre ambos Juegos?

–En este tiempo aprendí a convencerme de que la función pública tiene como primera obligación asegurar a nuestra población el acceso a la práctica deportiva y a la actividad física. Más en un país como el nuestro, que venía de una crisis muy grave. Cumplida esa tarea, hay que pensar en que los mejores exponentes puedan acceder a las competencias internacionales en las mejores condiciones. ¿Y qué se necesitaba para lograr esto? Mejorar el presupuesto.

–¿A cuánto ascendía cuando usted asumió el cargo y a qué monto llega ahora?

–Con el inicio de la gestión del ex presidente Néstor Kirchner había 26 millones de pesos disponibles, y hoy el monto se ha cuadruplicado. Estamos en 107 millones. Eso permitirá que nuestra delegación viaje a los Juegos de Beijing de mejor manera en que llegó la anterior a Atenas. Con más experiencia internacional, con mucho más roce porque los deportistas compitieron en diferentes lugares del mundo y con una mejor infraestructura deportiva por el equipamiento que se adquirió. Pongo un ejemplo: el remero Santiago Fernández tiene su bote nuevo y atletas de otras disciplinas también recibieron lo suyo. Eso tiene que ver con la labor del Estado que hemos desarrollado desde el Ministerio de Desarrollo Social.

–¿Cuántos deportistas se presentaron en los Juegos de Atenas y cuántos viajarán a Beijing?

–Por el momento van 136, aunque podrían llegar a 140. No me acuerdo bien, pero en 2004 lo hicieron unos 152. Fueron más en Atenas, pero ahora no clasificaron deportes de conjunto como el vóleibol masculino y el hockey sobre césped masculino, lo que redujo la cantidad de representantes. Sí se amplió la base para obtener posibles diplomas olímpicos y ojalá que también pase lo mismo con las medallas. Como fuere, en estos Juegos habrá diez países que se disputarán el 95 por ciento de las medallas. Y especialmente China y Estados Unidos. El resto, los 180 países que quedan, lucharemos por lo que nos dejen.

–¿Cuál es la expectativa de medallas, tomando en cuenta la cosecha de Atenas?

–Quiero correrme de ese tipo de especulación. Vamos bien en fútbol, en básquetbol, en hockey femenino, en yachting, en los deportes de combate. Tanto en judo como en taekwondo tenemos algunos deportistas de muy buen nivel, pero dependemos de los cruces. Una cosa es enfrentarse de entrada con rivales que hayan tenido medalla olímpica o hacerlo más cerca de las finales.

–Aunque no quiere hacer pronósticos, sí podría analizar lo que pasó con los deportes que tenían aspiraciones de ir a los Juegos y no lograron clasificarse.

–Creíamos que tanto el vóleibol como el hockey masculino podían clasificarse. El primero en el Preolímpico de Formosa y el hockey en los Panamericanos. También pensábamos que en deportes individuales, como el boxeo y la esgrima, nos iba a ir a mejor.

–En materia de gestión, ¿cuál es el techo que se fijó cuando comenzó a trabajar al frente de la secretaría?

–Nosotros nos hemos propuesto un desarrollo más regionalizado. Estamos tratando, tanto en el sur como en el NOA, el NEA y en Cuyo, de descentralizar el Cenard y crear polos de desarrollo. Queremos que el deporte se practique en forma masiva y, en lo que respecta al alto rendimiento, serán claves los centros de desarrollo deportivo. También resultarán importantes los Juegos Olímpicos de la Juventud que se desarrollarán en 2010.