Yo también sería hostil conmigo mismo –admitió en los vestuarios Osvaldo Ardiles–. No me gustan los cánticos, pero estuve en situaciones peores que ésta y salí adelante. En la Argentina se pasa del amor al odio en 90 minutos. Posiblemente sea la tarde más ingrata desde que estoy en Racing, pero esto me da fuerzas para seguir trabajando. Para mí no es complicado vivir con esta presión”, dijo Ardiles, para quien su equipo falló “en la definición” y no logra dejar de ser un equipo “intermitente”.
“Nos falta balancear el medio campo y se pierde equilibrio rápidamente. Jugamos dos veces por semana con los mismos jugadores en el Apertura y la Copa Sudamericana, y eso nos saca rendimiento. Pero tenemos un buen plantel, aunque con problemas de confianza, con futbolistas aptos para concretar el esquema de juego que pretendo”, agregó.
Ardiles recurrió a la ironía para referirse a las dificultades defensivas de su equipo: “A (Gustavo) Campagnuolo lo dejamos descubierto porque es un buen arquero y se puede defender solo...”.
Campagnuolo aseguró que el plantel debe quedar “al margen de los cantos de la gente” y que no se debe “hacer hincapié sólo en la parte defensiva porque se está jugando cada tres días. Hubo jugadores que no hicieron la pretemporada y eso empezamos a pagarlo ahora”.