La derrota en la final del Abierto de Australia golpeó con dureza al suizo Roger Federer, que se largó a llorar ante miles de espectadores en el Rod Laver Arena de Melbourne. “Quizá lo intente luego, esto me está matando”, dijo Federer con lágrimas en los ojos ante el asombro del público y de su vencedor en la final, el español Rafael Nadal, al que se lo vio emocionado.

Federer no podía hablar en el tradicional momento de la entrega de premios. El suizo –que disputó 14 finales en los últimos 15 Grand Slam, pero que perdió tres de las cuatro últimas ante Nadal– intentó retomar la palabra, pero no pudo: las lágrimas bañaban su rostro. No era capaz de hablar sin quebrarse.

“Roger se va a tomar una pausa, y entretanto tenemos en la palabra a un campeón extraordinario”, comentó el presentador del acto. Tras exhibir su trofeo, Nadal abrazó con cariño a Federer, que seguía llorando. “Lo intento de nuevo”, señaló el suizo, medianamente recompuesto. “Felicitaciones, jugaste increíble. Lo mereces, muchacho”, le dijo a Nadal, antes de dirigirse al australiano Rod Laver, el último hombre en conquistar el Grand Slam –los cuatro grandes torneos en una misma temporada–, objetivo que cada vez se le aleja más al suizo. “Quiero agradecerle a una leyenda –dijo mirando a Laver–. Significa mucho.” “Gracias muchachos, los veo el año próximo”, concluyó un emocionado Federer.

Nadal, también emocionado y sonriente, tuvo palabras de consuelo para su gran rival, al que derrotó 13 de las 19 veces que lo enfrentó, las últimas cinco consecutivas. “Antes que nada, lo siento por lo de hoy, pero eres un gran campeón, uno de los mejores de la historia. Vas a superar los 14 títulos de Sampras, seguro. Felicitaciones por toda tu carrera, y te deseo la mejor de las suertes para el resto de la temporada.”