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Desde Melbourne

Un grupo de 65 deportistas lo impugnó ya en Bélgica ante los tribunales, pero el nuevo código mundial antidoping recibió un duro golpe de uno de los grandes nombres del deporte mundial, el tenista español Rafael Nadal, flamante ganador del Abierto de Australia. El número uno del mundo consideró una “vergüenza” la norma que obliga a los deportistas de alto nivel a dar su localización exacta durante una hora al día los 365 días del año.

“Me parece una falta de respeto a la intimidad”, comentó el número uno del mundo durante el desarrollo del Abierto australiano. “Me parece una vergüenza sabiendo especialmente cómo es nuestro deporte”, aseguró. El nuevo código de la Agencia Mundial Antidoping (AMA) entró en vigencia el 1º de enero de 2009, por lo que los deportistas de alto nivel identificados por sus federaciones internacionales deben adelantar cada trimestre su ubicación diaria.

Si el deportista no puede ser encontrado en tres ocasiones durante un período de 18 meses en el lugar que reportó, se considera una infracción a las normas antidoping y puede ser sancionado. “Ni mi madre ni mi tío saben a veces dónde estoy, así que tener que mandar un mensaje o estar todo el día asustado por si hay un cambio de última hora me parece una exageración total”, advirtió Nadal, que decidió fijar el hotel en el que reside en cada torneo y las siete de la mañana como sus datos de localización.

“Es la única hora que sé que voy a estar seguro”, advirtió el tenista, que ya recibió la visita de los controladores en su casa de la isla de Mallorca: un sábado a las ocho de la mañana después de una noche con sus amigos. “Así que imagínate...”, señaló. “Son cosas que tienen que cambiar completamente y la voz es unánime en el vestuario”, aseguró el español, que además es vicepresidente del consejo de jugadores de la ATP. “Es una persecución intolerable. Nosotros hemos demostrado ser un deporte limpio. Se pueden contar los casos con la mano.”

El campeón de Roland Garros, Wimbledon y Australia se mostró dispuesto a unirse “ya” al grupo de 65 futbolistas, ciclistas y voleibolistas belgas que pretenden combatir la norma en los tribunales, apelando al derecho a la privacidad recogido en la Constitución del país y la Convención Europea de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales del Consejo de Europa. En caso de ganar, la sentencia sentaría un precedente que podría poner en aprietos a la Agencia Mundial Antidoping.

“Al final somos personas humanas y no nos tenemos que sentir como delincuentes por practicar deporte”, comentó Nadal con palabras casi coincidentes con las del abogado que lleva la causa en Bélgica, Kristof De Saedeleer: “No porque haya un criminal en el pueblo, todo el pueblo debe ser encarcelado”.

La AMA asegura que los cambios en la aplicación de la norma, que antes exigía la localización sólo en las épocas fuera de temporada, se produjo para facilitar la tarea al deportista, ya que sólo debe indicar su posición una hora al día, y no toda la jornada. “No supone ninguna complicación”, aseguró el encargado del programa antidoping de la Federación Internacional de Tenis (ITF), Stuart Miller, según el diario USA Today. “Sólo el hecho de que se hace sobre la base de un trimestre y es posible que los planes cambien.” En ese caso, añadió, los jugadores pueden notificarlo por email, mensaje de móvil o incluso por fax.

Algunos tenistas, sin embargo, no logran organizarse y aseguran que en lo último que piensan es en informar a los controladores sobre su localización. El estadounidense Mike Bryan, por ejemplo, reveló que ya tiene dos faltas y se confesó algo “asustado” por lo que podría pasarle en caso de que llegara la tercera.

Quizá deba seguir el consejo de Kelly Wolf, una agente de jugadores de la empresa Octagon. “Uno debe pensar en la AMA como en su madre, su padre, su novia o su novio”, señaló. Nada parece, sin embargo, más alejado de las intenciones de Nadal.