Lunes, 21 de diciembre de 2009 | Hoy
AUTOMOVILISMO Y MOTORES › TODA LA AMARGURA DE PECHITO LóPEZ TRAS LA OPORTUNIDAD PERDIDA
Al principio no quería ni hablar: la bronca no cabía en el pecho de Pecho a causa de la ocasión perdida. El despiste en Salotto a siete vueltas del final era mucho más que eso: era perder el título de TC, era despedirse del sueño de la Triple Corona, era darle cabida a la amargura en un cierre de año en el que, además, el cordobés se juega el futuro, con la chance de correr en la Fórmula 1.
Esperó hasta que la resignación se hizo carne. “Esta vez me tocó perder a mí –filosofó–. Es inútil ponerse a pensar ahora. Hay que hacer borrón y cuenta nueva, y pensar en positivo”, señaló López, que en el horizonte tiene tres días de pruebas con un auto de Fórmula 3 Sudamericana en el autódromo de Termas de Río Hondo, para comenzar una readaptación a los monoplazas con miras a la F-1.
“El aceite en la pista me sentenció. Tengo un sabor muy extraño”, reconoció el cordobés. “El aceite me dejó sin nada porque estaba en un lugar muy rápido y no pude controlar el auto, que salió disparado. Así estaba escrito, pero sé que di todo, estoy tranquilo.”
López sintió el golpe, de todas maneras: “Pese a que para mí éste ha sido un año excepcional, para esta corona había apostado mucho. Pero así son las carreras y hay que aceptarlas como tales. Una pena, porque estaba saliendo todo bien y por radio el equipo me avisaba lo que estaba pasando. Teníamos todo controlado y a favor, pero de pronto se precipitó el final”. ¿Venía demasiado confiado, excesivamente tranquilo el cordobés?
López tenía una chance adicional, dado que aun abandonando se habría consagrado si abandonaban Moriatis y Altuna, sus principales rivales en el torneo. El de Lobería duró poco más de una vuelta más: “Es una lástima, porque veníamos dando una gran lucha, que no era para nada fácil –se lamentó el crédito de Chevrolet, que ya estaba cuarto–. No venía regalando nada y el diferencial nos dejó de a pie. Realmente fue una picardía, faltaba tan poco. Estas cosas pasan y uno no lo pude manejar”.
Moriatis, en cambio, no le dio el gusto. López se quedó así con los títulos de TC 2000 y TRV6, pero la faltó la corona más importante del automovilismo nacional. La temporada ya terminó: ahora su tarea es cerrar trato con el equipo USF1, el único de los 13 que competirán en el Mundial 2010 que todavía no oficializó a ninguno de sus dos pilotos.
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