Faltaban dos curvas para la bandera a cuadros: la derecha a fondo tras pasar por abajo del puente y la amplia subida a la derecha que desemboca en la chicana, en ese momento intransitable por el despiste del Ford de Emanuel Moriatis. La diferencia entre el Ford de Mauro Giallombardo y el de Guido Falaschi era de menos de medio segundo y ambos pilotos eran conscientes de que se definía la carrera: la última vuelta de la penúltima competencia del año en el TC.

Delante de ellos marchaba el Dodge Nº 40 de Leonel Larrauri, el sobrino del ex piloto de Fórmula 1, Oscar Larrauri, con una vuelta menos. Más preocupado por no interferir en la lucha por la punta, Larrauri se tiró bien adentro en esa primera curva, pasando por sobre la porción de asfalto en la que se había derramado aceite al romperse el motor del Chevrolet del ex F-1 Gastón Mazzacane. Los banderilleros habían depositado cemento sobre la zona, para absorber la viscosidad del derrame.

El Dodge pisó esa zona y salió hacia el otro borde de la pista, superó el ancho del pianito y pegó contra las gomas ubicadas delante del guardarrail puesto en esa zona. En ese instante, el trencito que conformaban Giallombardo y Falaschi ya había llegado a su cola.

Instintivamente, Giallombardo levantó el pie del acelerador para no pegarle al Dodge ni a las gomas que volaban por el aire y se interponían en el camino; pero, para no impactarlo de atrás, Falaschi dio el volantazo hacia la derecha para esquivarlo. Fue su última maniobra: a partir de allí, pasó a ser un pasajero de la desgracia.

El Ford verde se desvió a la derecha, y luego se salió de pista (Foto 1) pegando contra las barreras de neumáticos colocadas delante del guardarrail de la derecha, que no estaban fijadas a la protección. El Ford pegó, rebotó y voló brevemente en dirección a la pista.

Muy lentamente, después de haber invertido su sentido de giro, el auto de Falaschi comenzó a desplazarse marcha atrás, y de esa manera se cruzó delante de la trayectoria con Guillermo Ortelli, que venía tercero en la carrera. El Chevrolet le pegó al Ford en la trompa (Foto 2) y, con el impacto, el auto de Falaschi hizo un trompo completo, para quedar detenido en el centro mismo de la pista, de manera perpendicular al sentido de giro, con el lateral izquierdo a merced de los autos que seguían en carrera. (Foto 3) El Chevrolet de Christian Ledesma alcanzaba a pasar por milagro; el Ford de Diego Aventín también zafaba de la peligrosa situación.

Pero la tierra levantada por los despistes dificultaba la visión y entre ella apareció el Torino de Néstor Girolami, sin haber levantado el pie del acelerador. El piloto cordobés se encontró de frente con el Ford (Foto 4) y no pudo esquivarlo. El choque fue brutal y mandó al Ford contra un paredón, a la derecha del asfalto, mientras el Torino quedaba prácticamente detenido sobre la pista.

Para evitar el golpe, el Ford de Silva quedaba tirado a la izquierda, contra el guardarrail, mientras el Torino de Norberto Fontana se desviaba a la derecha. Giallombardo ya se iba hacia la victoria, la primera de su cosecha en TC, seguramente la más amarga de toda su campaña deportiva.