El 6 de abril de 1994, en un cuartel militar de Neuquén apareció muerto el conscripto Omar Carrasco. La consecuencia más importante fue la abolición del servicio militar obligatorio. Veinticuatro días después, a la salida de un clásico en la Bombonera (River superó a Boca por 2 a 0), la barra brava local asesinó a dos hinchas, Walter Darío Vallejos y Angel Luis Delgado. Estos hechos sin aparente relación entre sí, hoy, nueve años más tarde, podría descubrirse que estuvieron conectados. Los integrantes de La Doce que prepararon la emboscada a los seguidores de River, habrían sido azuzados por los servicios de inteligencia para generar un hecho de magnitud que desplazara al caso Carrasco de la atención ciudadana. Incluso, según una confesión que José Barritta, alias el Abuelo, le hizo a un dirigente de Boca años más tarde, cada uno de los barrabravas cobró 6000 pesos por los “servicios prestados”.
¿Quién o quiénes podían capitalizar un hecho así? Serían los mismos que habrían recibido durante los últimos días cierto rédito político gracias a los episodios de la ruta 9 del domingo 20, esta vez protagonizados por la barra brava de River.