”Central es un club grande que se merece esto. Hacía tiempo que no teníamos una alegría como ésta. La gente venía golpeada por los años que pasó en la otra categoría y por eso disfrutamos este momento”, expresó Miguel Angel Russo, técnico de Central, luego de que su equipo lograra quedarse con el primer clásico en siete años.

Ni bien terminó el encuentro, Russo le dedicó el triunfo al público canalla, que –según expresó– “se merecía una alegría”, pero advirtió: “Para ellos –los hinchas– es lo máximo, pero a nosotros un partido no nos alcanza.” Con la victoria, Central salió de zona de descenso en la tabla de los promedios, pero Russo sabe que cuando un equipo divide por una temporada no puede dormirse en los laureles.

No tuvo la misma frialdad el análisis de Hernán Encina, autor de uno de los goles de Central, quien admitió: “Para uno que nació con estos colores, un clásico es un partido de otro mundo”. “Se metió, se jugó y se ganó. Se disfrutan las dos cosas, una porque uno tiene el azul y amarillo, y otra porque Newell’s tiene un buen equipo”, remarcó Encina, que destacó la importancia anímica que tiene la victoria para encarar lo que viene en el torneo Inicial y el próximo torneo Final.

En cuanto al costado futbolístico del partido, Russo valoró la contundencia de sus dirigidos para definir las oportunidades generadas. “No hubo nada nuevo, hicimos bien algunos trabajos tácticos y otros no, pero por suerte fuimos contundentes para ganarlo”, analizó el entrenador que, a la vez, resaltó “el trabajo grupal” y la marca “dura” en los costados, donde estaba el “buen juego” de Newell’s.

El capitán de Newell’s, Lucas Bernardi, admitió que al plantel le “duele perder el clásico, que hacía mucho que no se jugaba”, y aseguró: “Nuestros objetivos van más allá del clásico. Sin embargo, teníamos el control del juego, pero no lo concretamos, no pudimos marcar más que el rival, y perdimos”. “Da bronca por no sostener el fútbol que veníamos mostrando. Era un partido que lo podríamos haber controlado”, concluyó.