EN EL QUIOSCO
En el quiosco
La otra
Revista de arte y pensamiento
Nº 6, Primavera 2004
Cierto –módico– escándalo logró armar el escritor y cineasta Pier Paolo Pasolini cuando dedicó una parte de su obra a retratar al subproletariado de muchachos italianos desclasados, a quienes supo frecuentar y a quienes calificó de ragazzi di vita (muchachos de la vida). Eran los comienzos de la década de 1950 y Pasolini, recién llegado a Roma, advirtió que los habitantes de los suburbios emergían luego de superada la violencia fascista que los había dispersado de los barrios que solían habitar. Sobre este asunto escribió Pasolini en Historias de la ciudad de Dios y de esto también habla en su número 6 la revista La otra, una de las más revulsivas que puede encontrarse en los quioscos porteños. El dossier Pasolini se completa con fragmentos del Gennariello, especie de notas “pedagógicas” en las que el autor le habla a un joven “como destinatario de sus desgarradas reflexiones”, y dos poemas de distintos momentos de su obra, “Splendor”, escrito en 1946 en dialecto friuliano (que la revista publica por primera vez en castellano) y “Fragmento epistolar al muchacho Codignola”. La edición se completa con la transcripción de una entrevista pública a la cineasta Lucrecia Martel; entrevistas a los músicos Albert Plá, Jorge Asprea –más conocido como Orge–, y al uruguayo Gustavo Pena Casanova; una reseña del libro Cine, arte del presente que recopila intervenciones de Serge Daney, jefe de redacción de la legendaria Cahiers du Cinéma, fallecido de sida en 1992. Y, como no podía faltar, un artículo sobre Charly García.
Otra parte
Revista de letras y artes
Nº 4, Primavera/Verano 2004
La intraducible cuestión de la traducción atraviesa la última edición de Otra parte, la revista que dirigen los escritores –y traductores– Marcelo Cohen y Graciela Speranza. El número abre con un ensayo de Alberto Silva titulado “Traducir Japón” en el que da cuenta de las complejidades que implica acercarse –ya se sabe– a una sociedad mi-le-na-ria aunque, tal como aclara el autor, debido al carácter conjetural de las ciencias humanas “la sociedad nativa nos resulta tan ignota como otras más exóticas”. Y cita a Roland Barthes: “Si quiero imaginar un pueblo ficticio, le pondré un nombre inventado, lo trataré como un objeto novelesco, de forma de no entrometer en mi fantasía ningún país real. Me limitaré a identificar cierto número de rasgos y con ellos organizaré deliberadamente un sistema. A ese sistema lo llamaré Japón”. Patricia Willson, Germán García, Martín Schifino y Néstor García Canclini también enfocaron su pluma en la cuestión de la traducción para este número de la revista. La contratapa incluye un hallazgo a modo de colofón: en una columna, y después de una frase de Julio César en griego –imposible de reproducir– se puede leer “Tu quoque fili mi” (Suetonio), “Et tu, Brute?” (Shakespeare), “¿Y tú entre éstos? ¿Y tú, hijo?” (Quevedo), “¡Pero che!” (Borges).