Domingo, 18 de agosto de 2002 | Hoy
EL EXTRANJERO
Por Rodrigo Fresán
El teatro es el lugar que
los escritores norteamericanos salvo honrosísimas excepciones
eligen para pasarla mal o para que, con suerte, no pase nada. De vez en cuando,
claro, se produce el milagro y alguien rompe la racha. El caso de Denis Johnson.
Nacido fortuitamente en Munich en 1949 (su padre era funcionario del gobierno
americano), primero poeta The Throne of the Third Heaven of the Nations
Millenium General Assembly (1995) reúne toda su producción hasta
la fecha y después narrador, Johnson es poco conocido para el lector
en español. Anagrama publicó hace demasiados años su primera
novela Angels (una pequeña obra maestra para Philip Roth);
Mondadori publicará en breve su nouvelle titulada The Name of the World,
el policial existencialista y californiano Already Dead y, acaso su libro más
famoso, los cuentos de Jesus Son (no hace mucho llevados al cine). Johnson
es, también, un tipo extraño: vive perdido en una granja en un
rincón de Idaho llamado Good Grief, no da entrevistas y de vez en cuando
parte a cubrir neo-periodísticamente alguna de esas guerras en Medio
Oriente ver su excelente libro de crónicas Seek: Reports from the
Edges of America and Beyond (Harper Collins, 2001).
Las dos obras off Broadway incluidas en el libro Shoppers tituladas Hellhound
on my Trail y Shoppers Carried by Escalators into the Flames son algo
más que un simple sabático y se acomodan y continúan sin
pausa la obra de Johnson. Protagonizadas por la disfuncional y desopilante familia
Cassandra, ambas se mueven por escenarios y territorios donde el enervante absurdo
de Beckett se sienta a ver televisión (en las obras de Johnson los televisores
mantienen conversaciones con sus dueños), mientras Kafka y Camus preparan
sandwiches y sirven cerveza en la cocina. Aquí como en su prosa
o sus poemas el idioma de Johnson ilumina con la electricidad zigzagueante
de relámpagos el horror vacui de los Estados Unidos (California en especial),
donde la gente no deja de comprar por más que se haya declarado un incendio
en el shopping, un fiel de los Testigos de Jehová vende drogas para conseguir
dinero para sus hermanos, y la abuela Cassandra entra y sale de trances donde
denuncia la vileza de California. Como en cualquiera de sus libros,
un impecable sentido del diálogo pone a estas aventuras teatrales muy
por encima de las del común de sus contemporáneos.
Fanáticos de Denis Johnson: sepan que tres fragmentos de estas obras
de teatro fueron, además, trabajadas por el songwriter de culto Jim Roll
hasta convertirlas en canciones. El resultado puede oírse en el reciente
cd titulado Inhabiting the Ball.
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