Domingo, 12 de febrero de 2006 | Hoy
NOTICIAS DEL MUNDO
El grupo Lagardère, uno de los más importantes fabricantes de armas a nivel mundial, acaba de adquirir el Time Warner Book Group por 537,5 millones de dólares, volviéndose así el tercer editor internacional de libros, el primero en Francia, Inglaterra y Australia, y uno de los líderes en Estados Unidos y el resto de Europa, España incluida. “Se trata de un movimiento estratégico muy ambicioso para nuestra industria editorial, que se ha confirmado como un motor de crecimiento y rentabilidad. A partir de ahora también estaremos en posición de fuerza en Estados Unidos, que es el corazón de las industrias de la comunicación”, dijo Arnaud Lagardère, presidente del grupo que fundó su padre y que se ha enriquecido en el comercio de armamentos, durante los años ‘60 y ‘70. A partir de esa base empresarial, Lagardère hijo se fue diversificando hasta convertirse en un líder mundial en dos sectores estratégicos: las tecnologías aeronáuticas y militares, así como los medios de comunicación. Hoy, consolidado como fabricante de aviones de combate y transporte, al mismo tiempo que como editor de enciclopedias (Hachette) y literatura (todo tipo de bestsellers), Lagardère toma posiciones en el gigantesco mercado norteamericano y ya está pensando cómo publicar y vender más y más literatura (seguramente mala, pero no importa) explosiva.
El pasado 24 de enero se inauguró la editorial Planeta Perú, que se abocará a la tarea de producir contenido local, promocionando e impulsando la publicación de autores peruanos, tanto jóvenes como consagrados. En el acto de presentación participaron Alfredo Bryce Echenique (Premio Planeta 2002) y Jaime Bayly, viejos conocidos de la casa editorial.
Que era barbudo, que lampiño, con pelo largo o pelo corto, y con arito o sin arito. Ahora parece ser que descubrieron el verdadero rostro de William Shakespeare. Y fue la National Portrait Gallery de Londres que ha puesto fin a las dudas sobre el aspecto del autor de Romeo y Julieta y el Rey Lear, tras investigar seis de sus supuestos retratos. El auténtico y originalísimo es el que fue pintado por John Taylor, actor amigo suyo y que muestra a Shakespeare con barba y, sí claro, el modernoso arito, alrededor de los 40 años, lo cual coincide con la fecha de la pintura, entre 1600 y 1610. El arito estaba en la obra original, y parte de la barba y el cabello se pintaron luego. Pero para no dejar afuera a la creatividad de los que, sin tenerlo como modelo vivo, prefirieron imaginar el rostro del gran dramaturgo, en la muestra española Buscando a Shakespeare, que abre el 2 de marzo, se exhiben tanto el retrato auténtico como los apócrifos.
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