Domingo, 1 de febrero de 2009 | Hoy
NOTICIAS DEL MUNDO
Se estima para el próximo 5 de febrero la aparición de dos libros inéditos que reúnen algunas notas personales de Roland Barthes, a casi treinta años de su muerte: Journal de deuil (Seuil) y Carnets du voyage en Chine (Christian Bourgois). El que autorizó que estos textos vieran la luz fue Michel Salzedo, medio hermano del autor y guardián legal de su obra. Sin embargo, el grito en el cielo de François Wahl, íntimo amigo y primer editor de Barthes, no se hizo esperar: “El tenía una doctrina muy estricta acerca de lo que quería publicar y jamás habría seleccionado estos textos. La publicación del Journal habría enervado a Barthes porque no sirve para otra cosa que para violar su intimidad. Y lo mismo cabe para las notas de viaje en China, que constituye la misma clase de texto ‘no escrito’ por él, un verdadero tabú dentro de su obra”, dijo a Le Monde antes de contar que Barthes le pidió, poco antes de morir, “proteger su obra y su nombre de cualquier desliz”.
Por su parte, Eric Marty, uno de los que están trabajando en la edición de Seuil, retrucó que la reacción de Wahl fue hipócrita porque él mismo supervisó el lanzamiento de Soirées de Paris, realizado “a partir de un diario erótico de Barthes durante su estadía en París que es mucho, mucho más íntimo”.
La asunción de Obama como presidente de los Estados Unidos trajo muchas consecuencias, de las cuales algunas son insólitas, rayanas en lo increíble. John Foley, un profesor de Ridgefield High School en Washington, pidió en una nota de opinión para el Seattle Post–Intelligencer borrar de los programas escolares algunos clásicos indiscutibles de la literatura norteamericana como Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain, Matar un ruiseñor de Harper Lee y De ratones y hombres de John Steinbeck por usar reiteradamente la palabra “nigger”. “Es una cuestión de sentido común. La victoria de Obama señala que los norteamericanos estamos listos para el cambio”, argumentó. Por suerte, el aluvión de furiosos mails tardó sólo minutos en llegar al periódico: “Obama se horrorizaría si se enterara de este acto de censura en su nombre”; “No hubo nada en la literatura norteamericana que atacara tanto el prejuicio racial como Las aventuras de Huckleberry Finn”, decían algunos de ellos.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.