LA OSCURA NOCHE SALE Y AVANZA (Fragmento)
Por W. G. Sebald
Es difícil descubrir
a las aladas vértebras de la prehistoria
empotradas en las tabletas de pizarra.
Pero si contemplo frente a mí
las nervaduras de la vida pasada
en una sola imagen, siempre pienso
en que tiene algo que ver
con la verdad. Después de todo, nuestros cerebros
están siempre trabajando en estremecimientos
de autoorganización, aunque sean débiles,
y es por ellos que un orden
se eleva, consolador y hermoso,
en alguna parte, aunque también más cruel
que cualquier previo estadio de ignorancia.
¿Cuánto atrás, en cualquier caso, debe uno
retroceder para encontrar el principio? Tal vez
hasta aquella mañana del 9 de enero, 1905,
en la que Abuelo y Abuela
en un cascabeleante frío, condujeron
un landeau sin capota desde Kloster Lechfeld
hasta Obermeitingen para contraer matrimonio.
Abuela en un vestido de tafeta negra
con un ramo de flores de papel, Abuelo
con su uniforme, en su cabeza
el casco embellecido por el bronce. ¿En qué pensaban
cuando, con la manta para el caballo sobre sus rodillas,
sentados uno junto a otro en el carruaje,
oían el eco de los cascos
en la avenida vacía?
¿En qué pensaban
después sus hijos, uno de los cuales
mira desafiante desde
una fotografía de su curso escolar
en el año guerrero de 1917,
en Allaried? Cuarenta y ocho patéticos compañeritos,
la maestra a la derecha,
a la izquierda el capellán miope y, como leyenda,
en el reverso del cartón gris donde está montada la foto,
las palabras “en el futuro
la muerte yace a nuestros pies”,
uno de esos oscuros refranes de oráculo,
que jamás se olvidan. En otra
fotografía de la que tengo una
ampliación, hay un cisne y su reflejo
sobre la negra superficie del agua,
un perfecto emblema de la paz.
El jardín botánico rodeando la laguna,
hasta donde yo sé, está situado
en una orilla del Reignitz en Bambergy creo que hoy
lo atraviesa una carretera.
Todo el conjunto produce la impresión
de que se trata de algo que no es alemán,
los olmos, las tan densas y verdes
coníferas al fondo, el pequeño
edificio con forma de pagoda, la grava cuidadosamente
rastrillada, las hortensias, los lirios,
los aloes, los helechos como plumas de pavo real y
las gigantescas y ornamentales hojas del ruibarbo.
Me asombran también las personas
que aparecen en la foto:
Madre con su abrigo abierto,
mostrando una ligereza que más tarde perdería; Padre,
un poco al costado, las manos en los bolsillos,
él también, en apariencia, sin preocupaciones.
La fecha es el 23 de agosto, 1943.
El 27, Padre partirá hacia Dresde,
de cuya belleza su memoria,
como me explica cuando se lo pregunto,
no ha conservado trazo alguno.
Durante la noche del 28,
582 aviones volaron para
bombardear Dresde, Madre,
quien al día siguiente planeaba
regresar al hogar
de sus padres en los Alpes, no llegará más lejos
de Fürth. Desde allí contempla a
Nüremberg en llamas.
Pero ahora no puede recordar
cómo se veía la ciudad ardiendo
o qué fue lo que sintió
al verla así.
Ese mismo día, me contó no hace mucho,
ella viajó desde Fürth
a Windsheim, donde conocía a alguien
en cuya casa se hospedó hasta
que lo peor hubo pasado, y allí se dio cuenta
de que estaba embarazada.
En cuanto a la ciudad devorada por el fuego,
en el Museo de Arte e Historia de Viena
hay expuesta una pintura
de Altdorfer que muestra a Lot
y a sus hijas. En el horizonte
resplandece una terrible conflagración
devorando una gran ciudad.
El humo se eleva desde ese fondo,
las llamas se alzan hasta el cielo y
en el reflejo rojo sangre
uno contempla las ennegrecidas
fachadas de las casas.
A mitad de camino hay una franja
de idílico paisaje color verde,
y más cerca del ojo del espectador
se concibe una nueva generación
de moavitas.
Cuando hace un par de años,
contemplé por primera vez este cuadro,
tuve la extraña sensación
de haberlo visto todo
antes, y un poco más tarde,
cruzando hacia Floridsdorf
por el Puente de la Paz,
casi perdí la razón.
De After Nature, por W. G. Sebald (Hamish Hamilton, U.K.,
128 páginas, 12.99 libras, junio 2002). Traducción de Rodrigo Fresán
a partir de la versión inglesa de Michael Hamburguer,
amigo del escritor y personaje de Los anillos de Saturno.